Hay un par de estrenos de cine francés de animación esta semana. Y leyendo lo que dicen sobre ambos, sin duda, deberíamos quedarnos con este. Es el octavo film de animación que dirige (o codirige) Benoît Chieux, quien también ejerce de guionista junto a otro especialista en la materia, Alain Gagnol.
El triunfo de la imaginación y la fantasía que, ojo quizá pueda interesar más al adulto enamorado del estudio Ghibli, que a los más pequeños.
A veces nos dejamos llevar por los prejuicios y podemos llegar a pensar que un pastor es una persona sin cultura o educación, y nada más lejos de la realidad. Más allá de que, por ejemplo, Miguel Hernández, que se viese obligado a dejar los estudios a los quince años para ser pastor de cabras, cada vez uno escucha hablar en una entrevista a un pastor, se congracia con la especie humana. Por cierto, si te quieres empapar de literatura pastoril es muy aclaratorio este artículo de la especialista en la materia y profesora universitaria Cristina Castillo.
Este es el segundo documental de Samu Fuentes (tras un fallido, aunque meritoriamente arriesgado largometraje, Bajo la piel de lobo) es, sin duda, una de mis apuestas para esta semana. Cine documental que nos habla de un mundo que está al borde la extinción, el del pastoreo. Protagonizado por los “últimos” pastores, Fernando Mier Espina, Manolo Mier Espina, por sus rebaños y por la naturaleza.
Nuestra compañera Laura Giménez te cuenta aquí detalles sobre Arthur, protagonizada por el perro Ukai, y el humano Mark Walhberg y que está basada en hecho reales (con esto, ya está casi todo dicho). Y con esta, ya van dos de perros monos en esta sección.
Son muy fan y fiel seguidor del reciente cine iraní. Sus directores más célebres quizá sean Asghar Farhadi o Jafar Panahi, en cuyas películas encontramos buenas dosis de lirismo, crudeza, sutilidad y reflexión. Es un país en el que, los creadores en particular y, en general, cualquier persona que asome una mínima crítica al régimen, es perseguido. Y en donde las mujeres sufren especialmente por el terrible fanatismo religioso.
En este contexto, aquí tenemos la película que supone el debut del director iranoalemán Behrooz Karamizade (su familia emigró primero a la Unión Soviética y después a Alemania).
La crítica ha definido estas Redes vacías (de un pescador que no consigue salir adelante) como un duro y sutil drama en el que nos acercamos a una de las múltiples realidades de Irán, en este caso, la de las enormes dificultades para poder formar pareja de Narges (Sadaf Asgari) y Amir que proceden, (ella) de buena familia y (él) de clase trabajadora.
Por cierto que hay ahora en la Filmoteca un interesante ciclo sobre cineasta iraníes exiliados, dentro de la programación de Documenta Madrid.
PD: me pasé de frenada la semana pasada incluyendo esta película que, en realidad se estrena el 31 de mayo.
¿Puede ser señal de declive que una superestrella del cine tenga que empezar a interpretar a curas que exorcizan demonios, o es cuestión de tener la cuenta corriente bajo mínimos? El caso es que Russel Crowe, con esta, lleva dos (y con la anterior estuvo nominado al peor actor en los premios Razzie, los antiOscar). El personaje que interpreta es, precisamente, un actor en horas bajas que actúa en una película de terror (metalenguaje lo llaman a esto).
Tiene cierta coña que el director sea Joshua John Miller (hijo de Jason Miller, el actor que interpretaba al padre Karras, y que participó en todas las secuelas de la película, menos en la reciente y olvidable El Exorcista: Creyente ). Es su segundo largometraje como director, pero tiene una dilatada carrera dentro del cine, especialmente como actor (entre otras muchas cosas, hizo de vampiro). Curiosamente se estrena unas semanas antes en España que en EEUU, en donde su título será The Exorcism.
Habrá que verla para opinar. Vale, sí. Bueno, ya veremos.
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