En la foto: Paula Rosales
En tu estudio de arquitectura ‘more&co’ has marcado un enfoque hacia la eficiencia energética y eco, ¿es un sello de identidad que nació desde el inicio de tu carrera?
Al principio me preocupaba mucho por optimizar. El estudio se llamó MORE cuando empecé con mi socio en NY, con la idea de hacer más (MORE) con menos. Usando el diseño para proponer soluciones creativas y versátiles con los recursos disponibles (espaciales, presupuestarios, etc.) de manera muy eficiente. Y desde esa idea fui tomando conciencia de la importancia de una aproximación sostenible desde el arranque de un proyecto. Ahora me empujo a ser más radical, y en lugar limitarme a hacer “mejor” las cosas, hacerlas de manera “diferente”. Y ese es mi reto como diseñadora.
Has explorado la arquitectura y el diseño desde Madrid y Nueva York, ¿qué diferencias y similitudes has encontrado en cuanto a la forma de concebir el espacio entre estas dos ciudades?
En mi experiencia, en el espacio residencial en NY se vive de manera bastante privada. Y la vida social es más de puertas para fuera. Las viviendas son refugios de confort donde se cuida mucho el bienestar, la salud, los acabados y los detalles.
En NY escuché por primera vez hablar de Off-gassing (emisiones de COVs) en las viviendas. También descubrí el gusto por el detalle, y por el interiorismo.
Cuando te enfrentas a un nuevo proyecto, ¿hay algo que te lleves de Madrid a Nueva York, y viceversa, o cada ciudad guarda una esencia propia?
Pues no sabría identificarlo en algo específico, pero allí varias veces valoraron mi trabajo por mi visión “europea”, y aquí por mi experiencia neoyorquina. Supongo que vas interiorizando las dos culturas y la mezcla sale de manera natural.
Lo que sí me traigo de NY cada vez que voy es mucha energía. Cargo las pilas creativas, porque allí el cambio y la innovación es muy potente.
Kitchen for Life es una de tus últimas apuestas por un diseño totalmente adaptable y para toda la vida, ¿cómo nació este proyecto?
Nació de una necesidad que tuve yo como arquitecta, cuando estaba diseñando mi propia casa. Estaba trabajando en aquel momento en el Huerto de Lucas: restaurante y mercado ecológico. Fue un proyecto pionero promovido por Pilar Muñoz Calero, médico ambiental, que nos encargó hacer un espacio libre de tóxicos ambientales. Para ello tuvimos que hacer mucha investigación sobre la composición de los materiales de construcción, y sus emisiones de COVs.
En casa me propuse seguir investigando, y ver hasta donde podía llegar con criterios de construcción saludable.
Cuando empecé a buscar cocinas, me di cuenta de que no había opción. Todas las cocinas son iguales, sean caras o baratas: cascos/estructuras interiores de aglomerado laminado sobre patas de plástico, y frentes y encimeras más o menos bonitas.
Como no quería usar aglomerado, material barato y de poca durabilidad, lleno de pegamentos y productos químicos, me lancé a diseñar mi propia cocina, que aún “sufro” 🙂 como buen prototipo donde aprender de los errores.
¿Por qué pusiste especial atención en la cocina?
La cocina suele ser en las viviendas actuales el centro de la vida familiar. Donde acaban todas las fiestas 😉
En mi casa es un mueble integrado en el salón/comedor que va incorporando varias funciones y se convierte en armarios. Es un frente corrido de casi 9 metros. Las cocinas son muebles caros, pero su estructura interior es de un material barato, blando y de poca durabilidad. Que se estropea con la humedad y el uso constante, pero que no se puede reparar.
Son muebles que van a la basura cuando se busca un cambio de distribución o de aspecto. Toneladas de muebles de cocina se tiran todos los años… ¡Siendo uno de los muebles más caros de la casa es el único que no nos llevamos en una mudanza!
Y la ironía es que todas las cocinas son modulares, y en un 80% los nuevos muebles serán los mismos: fregadero, nevera, horno, etc.
Me ha llamado la atención ¡sí!, y ahora espero llamar yo la atención de todos aquellos que buscan cuidarse y cuidar de nuestro planeta, ser innovadores y conscientes del impacto de nuestras elecciones!
En esa primera prueba que hiciste en tu propia cocina, ¿qué fue lo que más te gustó al usarla y que te motivó a seguir adelante con el proyecto?
Me gustó tener una cocina diferente, no solo en su aspecto y diseño sino en su configuración/construcción interior. Y descubrí las ventajas del diseño en el día a día:
El hecho de no tener cascos de cocina, que he reemplazado por una estructura ligera de acero, hace que no existan rincones inaccesibles donde se acumule la suciedad. Como los muebles y electrodomésticos están elevados, tampoco hay zócalo, y la limpieza por debajo es muy fácil.
Un detalle q me encanta es que los imanes pegan en la estructura, y eso da mucho juego.
¿Cuáles son las ventajas frente a una cocina tradicional?
KITCHEN FOR LIFE es un sistema de mobiliario de cocina mucho más sostenible, pensado para adaptarse a los cambios de la vida y de los espacios. Nos hemos basado en principios de economía circular, Reducir, Reutilizar y Reciclar, en cuidarnos y cuidar de nuestro entorno aplicando el sentido común.
En su diseño modular hemos eliminado los convencionales y voluminosos muebles de cocina de aglomerado, que emiten tóxicos, se estropean fácilmente sin posibilidad de reparación, y acumulan suciedad detrás de los cajones y los zócalos.
Los cascos de aglomerado se reemplazan por una estructura ligera de perfiles de acero, mecanizados para puertas, cajones, o baldas, que permiten que la cocina sea reconfigurable y reutilizable una y otra vez, además de muy fácil de limpiar.
De esta manera, su diseño reduce y optimiza el uso de materiales, de alta calidad y durabilidad, dándole una vida útil ilimitada. Si resumo las ventajas prácticas en titulares, serían:
Biosaludable: Selección cuidadosa de los acabados, apostando siempre por materiales que no emiten tóxicos. De fácil limpieza, ya que su diseño ligero y abierto elimina rincones inaccesibles, y mejora la ergonomía.
Ecológica: Su diseño reduce y optimiza el uso de materiales, reciclados y reciclables, buscando un desperdicio casi nulo.
Reutilizable en cada mudanza, sin obras, ya que es fácilmente desmontable: todo se construye con uniones mecánicas (sin pegamentos ni soldaduras). Su estructura se desmonta y transporta fácilmente, adaptándose a su nueva vida.
Personalizable: Su diseño modular permite añadir o modificar elementos sobre la estructura base, escoger y cambiar los colores, acabados, materiales y configuración.
Puede cambiar de estilo e incluso dejar de ser cocina para transformarse en otro mueble, como, por ejemplo, una librería o unos armarios.
¿Cómo visualizas el futuro de las cocinas más sostenibles en el sector de la arquitectura y el diseño?
Creo que debemos cambiar el enfoque: como decía antes, no conformarnos con hacer las cosas mejor (lo que implica hacerlas igual, aunque con mejoras), sino hacerlas de manera diferente.
Para empezar, hacer muebles que consideren los principios de la economía circular.
Cocinas de “usar y NO tirar”, que se puedan adaptar y evolucionar con nuestras vidas, casas, y gustos. Muebles para toda la vida, pero también para todas las vidas… porque cambiamos permanentemente, y no por ello tenemos que ir dejando montañas de residuos a nuestro paso.
Yo planteo una alternativa que cuestiona el statu quo, que además es diferente y especial.