Tras varios reconocimientos como entrar en la lista de las 100 mejores coctelerías del mundo según Top 500 Bars, ser reconocida por 50 Best Discovery u obtener una estrella en los Top Cocktail Bars, Momus vuelve a revolucionar la escena coctelera madrileña con su cuarta carta ‘Involution. Revolution’. Lo nuevo de Alberto Fernández recupera lo mejor de sus anteriores propuestas para seguir avanzando y crear algo nuevo; a partir de técnicas de alta cocina explora nuevos equilibrios y nuevas formas de combinar ingredientes gastronómicos con destilados.
Todo partió de una pregunta: ¿Cómo podemos revolucionar el presente? “Para hacerlo tenemos que volver al origen e ir superponiendo capas de historia para poder crear algo nuevo”, relata Alberto durante la presentación. Si queremos entender ‘Involution. Revolution’ hay que hacer un repaso de su trayectoria: la primera carta venía representada como un mapa de sabor hecho con colores; la segunda estaba protagonizada por figuras geométricas; y la tercera funcionaba a través de imágenes, sin saber los ingredientes de cada cóctel. Esta cuarta y nueva carta es un guiño en forma de collage de sus menús anteriores, “cada dibujo está representando las tres opciones”.
Igual que las imágenes de Growing estaban hechas al completo con Inteligencia Artificial -algo que al parecer fue muy criticado, según nos cuenta Alberto-, esta nueva propuesta contiene dibujos diseñados por el equipo y con una pequeña ayuda de la IA para elementos concretos. Asimismo, vuelven a incluir el alfabeto fenicio para ilustrar los perfiles de sabor de cada cóctel (dulce, ahumado, cítrico, etc.).
La nueva carta de Momus comienza con los tiny, seis cócteles en formato pequeño (50 ml), para así poder degustar varios clásicos como el Dry Martini, un Margarita o un Naked & Famous.
Seguimos con lo nuevo: diez cócteles inéditos, creados exclusivamente para esta carta con precios desde 11€ a 18€. Abre Harmony, el más costoso de la carta, con kale como elemento principal. La presencia de verduras y sabores vegetales va a estar también en otros cócteles como en Smash, un trago con base de pisco sour con un sirope de guisante con bergamota y yogur de leche de cabra y polvo de guisante trabajado como si fuera un té matcha (“cocer, deshidratar y triturar con molino de piedra”).
El Jasmine Moustache, versiona el icónico Ramos Gin Fizz de Nueva Orleans, añadiendo mezcal y un sirope de jazmín, de ahí el nombre -y moustache por el bigotillo que se nos queda al beber-. La clara de huevo habitual la sustituyen por kéfir de coco. Un cóctel muy fresco y fácil de beber; cítrico, dulce y floral. En Matcha Colada reinventan el clásico Piña Colada con ron, matcha, piña, coco y absenta y coronado con un topping de brotes de remolacha roja para ese toque terroso.
Y como no podía ser de otra manera, para los fans incondicionales de Momus, ‘Involution. Revolution’ mantiene diez icónicos como el Kingston Negroni, el Gimlet o el Alebrije.
Para acabar, cuatro opciones sin alcohol para disfrutar de todo el sabor del cóctel, pero con tragos 0.0
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