Foto: Anohni en Noches del Botánico ©VICTORMORENO
Como si fuera una revelación desde lo más íntimo. Tras la tormenta, la sensibilidad de Anohni nos conquistó. Una demostración de belleza por todos los costados. En esa singularidad del artista auténtico y único. En la incógnita de lo desconocido, en la realidad por explorar y en la entrega absoluta.
Anoche en Madrid el otrora Antony & the Johnsons, ahora Anohni, ofreció un recital de ensueño. Y es que su universo musical y personal ha crecido desde aquel ‘I Am a Bird now’ (2005). Con una banda soberbia ofreció un repaso a su carrera que dejó a la audiencia en silencio, asistiendo ante un espectáculo sublime. La performance de Joahanna Constantine, sirvió de embrujo mágico, fantasmagórico previo. Entre la audiencia cómplices como la directora de cine Isabel Coixet, Pedro Almodóvar o el director del Museo Reina Sofía Manuel Segade, junto a melómanos como la promotora musical Katrin Olmedo, el poeta Hasier Larretxea o la periodista y escritora Inés Martín Rodrigo.
Cuando la música surge de las entrañas lo que ocurre es que todo se contagia de verdad. Y lo que transmite Anohni es la unión de una lucha por la supervivencia, por ser lo que uno quiere ser, unido a una combinación de música clásica, soul, pop de cámara y muchas historias de superación e identidad. Porque ella ha sido y es una activista por la libertad sexual y por la libre identidad. Y lo expresa, lo manifiesta, de una manera natural. Aunque también apoyada de otros testimonios como la drag queen y activista LGTBIQ+ Marsha P. Johnson, portada de su último disco ‘My Back was a Bridge for you to Cross’ (2023). Ya demostró su unión con el género mayor, la ópera, con Marina Abramovic, pero es que su universo sonoro y personal arrebata, en ese pulso vital contra uno mismo y también contra aquellos que no respetan la diversidad, la diferencia y la honestidad.
Nos epató con la electrónica de “Drone Bomb Me” y “4 Degrees”, revisitó de manera sublime la canción tradicional “Motherless Child” (conocíamos una versión magnífica de Martin L. Gore, pero la suya es aún mejor), la delicadeza soul de “Why Am I Alive now” nos atrapa, lució “Breaking” su reciente single, o esa fantasía clásica que es “Cut the World”. Un repertorio de fantasía, una lección de belleza y de sensibilidad que necesita un mundo falto de tal exhibición de amor, como el deseo de paz que exhibe en “Another World”. Fue desgranando uno a uno cada rincón de su universo, en una auto afirmación de su yo más íntimo y profundo. Demostrando con creces la sensibilidad y la belleza de su propuesta (en esa joya de sororidad que es “You Are my Sister”: ¿Podrían convertirse tus sueños en realidad?), que trasciende los márgenes, para abrirse paso en un universo sonoro y personal único. Cerró con esa maravilla que es “Hope There’s Someone”, convertida en clásica desde hace casi dos décadas. Tras la tormenta madrileña vino Anohni, y conquistó el momento para hacerlo eterno.