Ilustración: Joaquin Salvador Lavado (Quino)
Esta entrevista a Quino, creador de Mafalda, se publicó en noviembre de 2002 en la edición Nº30 de la revista en papel de El Duende titulada “Divina Comedia”.
¿Tal cómo va el mundo, no queda más salida que hacerse poeta o humorista?
Creo que los poetas pueden ser más o menos pesimistas, pero lo que tratamos los humoristas, o al menos yo, es de ser realistas. Es más, yo creo que la realidad nos está superando por más pesimistas que estemos: lo de las torres gemelas o lo que acaba de ocurrir en Bali parece increíble; que tuviéramos un presidente como Bush también es una pesadilla que yo no me había imaginado.
¿Cómo se relacionan humor y crítica?
Una cosa es la broma y otra es la reflexión que pueda hacer un dibujante como El Roto. Algunas veces a uno se le hiela el corazón de ver las cosas que hace este hombre.
¿Con el humor se corre el peligro de banalizar los problemas?
Eso según el autor, por ejemplo, El Roto jamás banaliza ningún problema que enfoque. Al contrario, profundiza muchísimo, luego vemos otros que… Bueno, yo también trato de profundizar. Pero es esto lo que lleva a que a uno le consideren un pesimista.
¿La risa se persigue o se consigue?
Hay una intención, sí. Yo, me he criado viendo películas de Chaplin, Harold Lloyd y de otros grandes cómicos norteamericanos del cine mudo. Trato de transmitir esa forma de hacer humor. Para mí sería fantástico si con cada entrega semanal el lector se tronchara de la risa. Sin embargo, hoy en la gráfica se está exagerando mucho con la sátira política y menos con el humor.
Tal vez porque usamos el humor para evadirnos.
Sí. Y lo considero más sano que el deporte, que también nos evade. El deporte implica, especialmente en estos tiempos, una cierta violencia que, por suerte, los humoristas no tenemos.
Sin embargo, los tropiezos continuos de un personaje son un recurso muy utilizado.
Ahí la risa es para escaparse de la propia imagen violenta.
¿Busca inspiración en el material de otros cómicos?
Efectivamente necesito observar lo que han hecho otros. Me gusta mucho ver pintura, sobre todo religiosa, que trae abajo una especie de tebeo con escenas de los milagros de la vida de tal santo. Considero que son los antecesores de esta profesión.
¿Encuentra alguna cortapisa a su trabajo?
Sí. Hace poco me censuraron una viñeta que a mí no me pareció tan terrible. El tema era la mujer golpeada y dijeron que era un tema sumamente delicado, que cada vez que se toca siempre hay reacciones en contra.
Pero eso es lo idóneo…
Claro. Ésa fue mi intención. Es un tema que cada vez se oculta más, pero a la vez se difunde más.
¿Su humorista preferido?
Nadie me ha hecho reír como Miguel Gila.
¿Su última carcajada?
La verdad es que hace bastante. Hace un mes que llegué de Argentina y allí la situación no está para bromas.