Aunque el principal reclamo de la jornada era la presencia del piloto español Carlos Sáinz, al mando de su Williams, la tarde deparaba numerosas sorpresas a los cientos de personas que se desplazaron hasta el reciento ferial para ver rodar al joven piloto. El show en mayúsculas vino de la mano de WAH, el espectáculo que, desde hace más de tres años, llena de música IFEMA Madrid (Pabellón 5.1). Su cabalgata musical revolucionó el trazado más que el rugido y el humo de los potentes motores.
Ni el intenso calor ni las dificultades para acceder a IFEMA disuadieron a los madrileños de acudir en masa a la llamada de MADRING, el futuro circuito de Fórmula 1 de la capital. Se presentaba la parte del trazado que discurrirá por el recinto ferial con la presencia de su mejor embajador, el piloto Carlos Sáinz, al mando de su FW47. Tras una rueda de prensa en la que se mostró ilusionado ante la posibilidad de correr en menos de un año un gran premio en su ciudad, la estrella del automovilismo dio el espectáculo que se esperaba de él. No dudó en salir quemando ruedas, derrapar en el cambio de dirección del final del circuito o hacer donuts con los neumáticos de agua. Sabía lo que quería ver el público, que se amontonaba en los laterales del trazado, intentando alcanzar las primeras filas, y no dudó en dárselo.
No contaba el piloto con que unos invitados sorpresa le iban a hacer la competencia a su show sobre ruedas. En un claro guiño a la temática de la tarde y, ante la atónita mirada de los presentes, el circuito por el que habían estado rodando los monoplazas fue tomado por una cabalgata que hizo subir los decibelios de la tarde. Motorizados, haciendo trompos, caballitos y derrapajes, o encaramados al camión WAH, los protagonistas del show más exitoso de la capital recorrieron el circuito con un repertorio canalla que incluyó temas como Highway To Hell de AC/DC, Billie Jean de Michael Jackson o Titanium de David Guetta y Sia. Cientos de personas a pie, ataviadas con camisetas negras con el logo del show y banderines que simulaban la señalización de las carreras de Fórmula 1, carrozas con estética rocanrolera, moteros, zancudos y hasta una DJ transformaron el ruido de los motores en música.
Los asistentes respondieron con entusiasmo a la parade de WAH que, tras un primer recorrido por todo el circuito, se reservaba lo mejor. Cuando los presentes pensaban que los tres pilotos que se alternaron al mando de sus coches habían terminado de rodar, WAH asaltaba la pista de nuevo para protagonizar un cierre que convirtió el trazado en una auténtica rave. La cabalgata WAH tomó el puente que marcaba la salida de los monoplaza y desató la euforia colectiva con un buen rato de música y animaciones. Fue el colofón a una tarde festiva que transcurrió sin incidencias y a la que no faltaron rostros conocidos del deporte, la TV, las redes sociales o el cine.
Documental musical
Si eres fan de la propuesta de WAH te interesará saber que ya está disponible en la plataforma Movistar + Plus el documental El show que salvó la música, centrado en el espectáculo y su backstage.
