A veces, quienes leen poesía consideran a Los Peligro como un par de payasos. Y otras veces, para los adictos a la comedia, son solo dos escritores perdidos entre bambalinas. Sin embargo, no hay un piropo que les guste más que el de ser clowns advenedizos y pulpos en un garaje; poetas de los que hacen reír y humoristas de los que hacen pensar.