Un obrador que busca devolver el interés por la calidad del pan y rendir homenaje al oficio artesano del panadero. Turris llega desde Cataluña con una propuesta fiel a sus orígenes, que a través de la honestidad, calidad y conservación de la tradición apuesta por acercar a las mesas de cada comida un producto auténtico, amigable con los procesos de creación y que no hace más que deleitar el paladar de tus invitados.
Desde el corazón de Turris, todos los panes son elaborados con masa madre y largas fermentaciones. Se extienden a la pasión, creatividad, sostenibilidad y amor por un oficio que ha ido recuperando los conocimientos de toda una vida de su fundador Xavier Barriga, que desde su infancia estuvo presente en el negocio panadero de su familia. Ahora, con 32 obradores en Cataluña y su aterrizaje en Madrid en los barrios de Chamberí (Calle de Eloy Gonzalo, 27) y Salamanca (Calle de Hermosilla, 84), trae de vuelta la idea de las panaderías de toda la vida, con la misma dedicación en la producción diaria que desde sus inicios hace quince años.
Aunque mantener tradiciones forma parte del sello Turris, también se atreven a experimentar con combinaciones que consiguen resultados del más allá. Opciones que no dejarán indiferentes a ningún invitado, como el chusco de maíz con curry y especias, con un aroma intenso de miga amarilla y esponjosa, la chapata de aceitunas y nueces o la corona de la Almudena con nata. Panes amasados cada mañana o pastelería artesanal, todo con la certeza de que está hecho con mimo, sin prisas y con respeto hacia el oficio.
Talleres
Xavier no pretende quedarse con todos los secretos para conseguir el pan más querido del barrio. Durante los meses de noviembre y diciembre, el obrador se convierte en un espacio de formación, donde los maestros panaderos comparten los mejores consejos para sorprender a tus amigos o familia con un pan hecho como en Turris.
Talleres solidarios de panadería, pastelería y repostería artesanal se abren al público para vivir una experiencia que se puede disfrutar solo, entre amigos, o en familia con los talleres infantiles. Los beneficios recaudados por cada taller son donados a la Fundación Oncologia Infantil Enriqueta Villavecchia. Y si se agotan las plazas, no hay más que estar atentos a sus próximas convocatorias en sus redes sociales.