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Explora los iconos de Friburgo en nuestra ruta.
Situado al suroeste de Suiza, entre los lagos Neuchâtel y Leman, se compone de tres zonas con personalidad propia: la ciudad de Friburgo, el País de los Tres Lagos y los Prealpes. Sus idiomas oficiales son el francés y el alemán.
Friburgo: incursión en la Edad Media
En la capital del cantón conviven armoniosamente la parte moderna y la medieval, que mantiene intacta su belleza. Sus más de 200 fachadas góticas y su muralla, conservadas en perfecto estado, te hacen vivir un viaje en el tiempo. Se puede acceder a las fortificaciones gratuitamente de mayo a octubre. Y durante todo el año hay visitas guiadas.
Con una población que ronda los 40.000 habitantes tiene la medida perfecta para disfrutar de una agradable visita caminando. Por mi parte, siempre me gusta callejear y “perderme”. Y hacer paradas a tomar algo o cotillear en las tiendas.
Si eres muy fan de la tecnología, en la oficina de turismo (en la planta baja del Théâtre Equilibre, diseñado por el estudio zuriqués :mlzd) puedes alquilar una tablet para llevar a cabo una visita guiada con la app de realidad aumentada Frÿburg1606. Y si vas en grupo y quieres optar por otras propuestas diferentes, puedes completar el circuito de golf urbano (9/18 hoyos) por el casco antiguo. Con niños (o sin ellos), puedes hacer el recorrido de su petit train. O en formato gincana, con los condicionantes propios del idioma.
Friburgo fue fundada como fortaleza (su nombre, etimológicamente, significa ciudad fortificada) en lo alto de un espolón rocoso en 1157 por el duque Berthold, de la familia Zähringen, quienes también fundaron la actual Friburgo del sur de Alemania. Con el paso del tiempo fue creciendo, acercándose al río Sarine (Saane, en alemán). El precioso funicular de 1899 conecta cómodamente las dos alturas de la ciudad.
Desde lo alto se ven los preciosos puentes que cruzan el cauce del río. El más especial es el de Berna (1653; el primero se construyó en 1250) un puente de madera techado y engalanado con flores y que, simbólicamente, separa la parte francófona de la germanófona. Si buscas un alojamiento tranquilo junto al río te puedo recomendar Le Sauvage, en el que yo pernocté. Una cucada. Y tienes un local con jazz en directo muy cerca, precisamente junto al puente de Berna, La Spirale. Y la chocolatería artesanal Fleur de Cacao. ¡Allá donde vayas en este país encontrarás artesanos del chocolate!
En Espace 1606, que antiguamente era un astillero fluvial, se puede contemplar una maqueta de la ciudad de más de 50 m2. Sobre ella se proyecta una pieza audiovisual en la que se cuenta su historia desde 1606.
Repon fuerzas antes: andando desde aquí (por cuesta empinada), a 20-25 minutos, tienes la puerta de Bourguillon (S. XIV) y junto a esta, la barroca Chapelle de Lorette, desde cuyo mirador la vista de la ciudad es fantástica.
La catedral de St-Nicolas es todo un icono de la ciudad. Puedes deleitarte con las espectaculares vistas desde lo alto (74 m). El primer sábado de diciembre, desde 1906, se lleva a cabo una vistosa y multitudinaria celebración. Uno de los alumnos del Colegio St. Michel, vestido de San Nicolás (patrón de la ciudad); subido en un burro, con su séquito, se dirige hasta la catedral en donde da su discurso ante decenas de miles de personas.
Por cierto, una curiosidad, Friburgo forma parte del Camino de Santiago. Está señalizado en el pavimento con conchas de peregrino.
Frente a la catedral tienes un encantador y animado café/vinoteca/coctelería, con un juego de palabras en su nombre, Au Bourg’Joie (algo así como “el divertido de la ciudad”), a donde yo peregriné seducido por mi adorada música swing que sonaba en su interior. También me encantaron las cervezas artesanas de Les Trentenaires. Su carta de cervezas supera las 150. En todo caso, la oferta hostelera en la ciudad es amplísima y muy apetecible.

Jean Tinguely: siempre en movimiento
En 2025 se cumple el primer centenario del nacimiento de Jean Tinguely, el artista friburgués más internacional. La ciudad llevará a cabo actividades y exposiciones especiales todo el año, pero su obra siempre está presente.
Junto a la oficina de turismo encontrarás una de las tres fuentes cinemáticas que creó el artista para el espacio público. Las otras dos están en Basilea y París. ¡Puedo presumir de haberlas visto todas en persona! En la de Friburgo homenajeaba a su amigo, el piloto de fórmula 1 Jo Siffert, fallecido en accidente automovilístico en 1971.
El Espace Jean Tinguely – Niki de Saint Phalle, homenajea a esta genial pareja de artistas, cuyos fondos forman parte, del cercano Museo de Historia de Friburgo, es de obligada visita. Este último, además, posee la mayor colección de esculturas de Suiza. Además, a dos minutos andando, tienes la escultura Le Grande Lune, de Saint Phalle, en el parque del Museo de Arte e Historia.
Los tres lagos
No es tanto una denominación política, sino geográfica, pues la región de Los Tres Lagos la componen territorios de cinco cantones suizos. Los lagos son el Bielersee, Murtensee y el mayor de ellos, el Neuchâtel. Esta región es especialmente conocida por sus viñedos y sus vinos. En Vully, en apenas 150 hectáreas, lo que supone el uno por ciento de la superficie de viñedos en Suiza, estas aportan una gran variedad de vinos. La variedad autóctona, es la uva Chasselas, con la que se elaboran los vinos blancos, espumosos y afrutados más populares de la zona.
Estavayer-Le-Lac, a orillas del lago Neuchâtel, es una localidad medieval con muchos atractivos. Es destino preferente para familias y jóvenes venidos desde diferentes rincones del mundo además de turistas locales desde mayo a finales de septiembre. Ha sabido conjugar una oferta muy variada. Sus playas lacustres de fina arena son un excelente reclamo. Con su zona gastronómica con conciertos en directo (normalmente en una plataforma sobre las aguas). Pero, sobre todo, por Le câble, una instalación para practicar el ski náutico y wakeboard (el material te lo alquilan allí mismo) con un recorrido de 800 metros, el mayor de Suiza. Inaugurado en 1964, se adapta a todos los niveles (a partir de los 10 años de edad), ya sea novel o experimentado.
Desde 2019 organizan el interesante itinerario de arte urbano Artichoke, que puedes visitar a tu aire, o en ruta guiada a lo largo de todo el año. Artistas como Mademoiselle Maurice o la pareja
supakitch.koralie, e incluso el español, Antonyo Marest, han intervenido algunos de los muros, fachadas o pasadizos de la localidad.
Si quieres saborear platos autóctonos deliciosos junto al lago te puedo recomendar el espectacular restaurante Les Lacustres. Te ofrece menús de pescado (el siluro, pescado en el propio lago, me pareció delicioso), caza (en otoño, algo muy extendido en los restaurantes en todo el cantón) o vegetariano. Cierra entre diciembre y marzo. También tuve la suerte de alojarme en un encantador hotelito, Le Rive Sud.
Murten: A media hora en tren desde Friburgo llegamos a esta coqueta localidad medieval, ubicada a orillas del lago Murtensee. Con ocho siglos de historia conserva la única muralla transitable de Suiza. Además de sus magníficas vistas del lago, que también podemos disfrutar en un paseo en barco, es ideal para practicar en verano todo tipo de deportes náuticos o dar un agradable paseo en bici por su orilla. Su museo, ubicado en un antiguo molino, te muestra información sobre este entorno desde los primeros asentamientos del Neolítico.
Romont: En esta ciudad histórica del siglo X puedes visitar el Museo Suizo de Vitrales, que expone piezas desde la Edad Media a la actualidad.
Paraíso natural: A lo largo de toda la costa sur del lago Neuchâtel se extiende el Parque Natural de La Grande Cariçaie. Da cobijo a cerca de 800 especies de plantas y 10.000 especies de animales, lo que viene a ser nada menos que la cuarta parte de la flora y fauna de Suiza. Puedes caminar o ir en bici a través de 50 km de senderos, avistar castores o aves (se alquilan binoculares) por tu cuenta o en visita guiada con un biólogo experto. Por mi parte, tuve la suerte de que me acompañase Christophe Le Nédic, que hizo de mi visita al parque fuese una experiencia apasionante.
Con él también me acerqué a conocer el Pueblo Lacustre histórico, que reproduce cómo era la vida de los habitantes de estas tierras en el Neolítico.
Prealpes
Suiza nunca defrauda. Uno encuentra todo lo que está en el imaginario colectivo en lo que se refiere a su frondosidad natural, pero, aun así, siempre te sorprendes cuando subes por un sendero forestal y en una curva te encuentras una cascada frente a ti. Hacer senderismo es casi una (bendita) obligación. El paisaje es tan alucinante que desconectas de todo lo demás al instante. Al terminar mi visita a la célebre fábrica de chocolate Maison Cailler, (en Broc), los inventores del chocolate con leche y uno de los lugares más visitados del cantón, aproveché la soleada tarde para improvisar una excursión. Me llevó unos empinados 2 Km río arriba hasta lo alto de la presa de Lac de Montsalvens. Siempre encontrarás rutas señalizadas allá donde vayas. Solo hay que tener la precaución de ir preparados para el nivel de dificultad de la vía, ya sea un cómodo camino pedrestre, de montaña o de excursión invernal. Están perfectamente balizados y diferenciados. En Los Prealpes de Friburgo la altitud máxima que se alcanza ronda los 2000 m.
Gruyères: Un destino absolutamente imprescindible de esta zona es Gruyères. Más allá del tópico del (excelente) queso, su castillo y la pequeña ciudadela medieval que domina este son de cuento. Pero cuando hablaba antes de sorpresas también me refería a poder encontrarte en un lugar tan pintoresco el increíble HR Giger Museum y, frente a este, el bar aún más espectacular que el genial artista suizo diseñó a partir de sus criaturas xenomorfas de pesadilla. Los alienígenas son bienvenidos. Y para reponer fuerzas, una deliciosa fondue, también lo es. La que tomé en Chalet de Gruyères, que es tal como imaginas que puede ser un restaurante tradicional aquí, me pareció espectacular.
En la parte norte del inmenso lago-embalse de La Gruyère, en la pequeña isla de Ogoz, tienes los últimos restos de una ciudad del siglo XIII, con las ruinas de las torres de un castillo y una capilla donde se celebran bodas. Puedes llegar en canoa. El entorno es espectacular.
La Désalpe: Un icono indiscutible de este país son sus vacas. No es de extrañar que la fiesta tradicional rural más importante las tenga como protagonistas. Al final de la temporada cálida, el ganado regresa de las montañas a los establos tras cuatro meses pastando a sus anchas. El paso de cada ganadería, engalanada con flores y con el atronador sonar de sus cencerros, es todo un acontecimiento. Muchos se visten con indumentaria tradicional, se venden todo tipo de delicias gastronómicas artesanales y artesanía, y suenan los enormes cuernos alpinos que, originariamente, se usaban para llamar al ganado.
Por mi parte, estuve en la de Albeuve (en 2005 será el 4 de octubre), pero puedes ir a otras como, por ejemplo, la de Charmey (27 sept.), ambas en Gruyères o a Semsales (4 oct.), en el distrito de Veveyse.
Recuerda que puedes llegar en tren de cercanías o autobús a casi cualquier lado de este país.
Sugerencias básicas para tu viaje
La moneda es el franco, que está más o menos a la par con el euro. Suiza no pertenece a la Unión Europea, por lo que es recomendable que te hagas con una tarjeta prepago de una compañía telefónica que opere aquí en un quiosco antes de salir. Para moverte, su transporte público es puntual, sostenible, limpio y rápido. Es más que recomendable que te hagas la tarjeta Swiss Travel Pass, con la que además tendrás acceso a muchos museos y descuentos. Y recuerda que este es el país del agua: puedes rellenar tu botella casi de cualquier fuente, a no ser que se especifique lo contrario.