Foto de cabecera. Benarés
Los rituales alrededor de la comida, las materias primas en las que se basan determinadas dietas o los cultivos que crecen en los diferentes entornos, determinan la cultura gastronómica de un lugar y, por ende, la cultura de sus gentes. Esta es la base del comer para viajar y del viajar para comer; una forma de entender los viajes y los entornos a través de su cocina. Estas son diez alternativas de restaurantes que permiten hacer un viaje gastronómico con el paladar alrededor del mundo. ¡Qué comience el viaje!
Ayawaskha (Ecuador)
En sus fogones se encuentra Miguel Ángel Méndez, un joven cocinero que ha logrado traer de la forma más pura -con mucha técnica y mucha vanguardia- las raíces de su país a la capital madrileña. Sus platos, tradicionales, pero con una vuelta de tuerca moderna, son un viaje por una joya de país del que todavía queda mucho por descubrir. Productos de Los Andes, de la Amazonía y de la costa son los insumos con los que trabaja. No hay que dejar de probar las empanadas ‘negras’ de plátano macho rellenas de camarónv Vannamei, ají de maní y chicharrón de pollo, su ceviche jipijapa de corvina con leche de tigre y cacahuete, el encebollado o el seco de gallina. Duque de Sesto, 40
Gioia (Italia)
Alegría y joya son los dos significados que tiene la palabra Gioia en italiano, el nombre del restaurante que Davide Bonato tiene en el corazón de Chueca. Su cocina es un auténtico viaje a la Italia profunda, a la de las nonnas que elaboran a diario los platos más tradicionales y típicos de su recetario que se mezclan con productos y técnicas de otros lugares del mundo en los que el chef se ha desarrollado profesionalmente. Su filosofía de trabajo se centra en la unión creativa entre los sabores de la cocina tradicional italiana con su gusto por lo estético. Platos reinterpretados en su forma más innovadora pero que mantienen por encima de todo la esencia de su cocina. Un secreto: no se pierdan su menú degustación. San Bartolomé, 23
Pilar Akaneya (Japón)
La apertura en 2020 de Pilar Akaneya en Madrid supuso la llegada a la capital del primer sumibiyaki de la ciudad, un concepto de las tabernas japonesas tradicionales centrado en la barbacoa. Si propuesta se centra en trabajar con el exclusivo carbón vegetal Kishū Binchōtan de Wakayama y dos productos singulares: la utilización de carne Kobe certificada y el Crown Melon, el melón más caro del mundo que pone la guinda a un menú degustación que desde la entrada al local hasta la salida se convierte en un viaje a las profundidades del país nipón. Además, desde hace unas semanas, es el primer restaurante fuera de Japón en servir Matsusaka Beef, el wagyu más preciado de los japoneses, proveniente de la granja Ito Ranch. Espronceda, 33
Llama Inn (Perú)
Con un hermano mayor en Nueva York, Llama Inn se ha convertido en uno de los restaurantes peruanos de referencia en la capital y en un espacio que está sirviendo para trasladar a la clientela, a través del paladar, a diversos puntos de su geografía, como Cuzco, Lima, Arequipa o Paracas donde probar su cocina criolla tradicional. Pero gracias a sus platos y a sus ingredientes locales también es posible sentir sus sabores y la importancia de sus fusiones, especialmente la nikkei, provocada por la inmigración japonesa, y la chifa, gracias a la fusión con la herencia china. Entre sus bocados obligatorios están los anticuchos, el ceviche, el lomo saltado o la jalea chifa con rodaballo frito, wantanes y sweet chili de ajíes peruanos. Conde de Xiquena, 2
Can Chan Chán (México)
“Cocina de antojo” es el eslogan del nuevo restaurante del chef Roberto Ruiz. Centrada en la cocina mexicana no tradicional, Can Chan Chán -o Canchanchán, una palabra que se utiliza en México para designar a los amigos que se convierten en compinches- es el resultado de la experiencia de este cocinero que lleva más de veinte años afincado en nuestro país y sus raíces mexicanas. Su carta, pensada para compartir y comer con las manos, es el constante recuerdo a sus orígenes elaborado con producto local con el que también hace guiños a España. Además, en el mismo espacio se encuentra Vuelve a la Vida, una coctelería que redondea la experiencia culinaria desde el aperitivo hasta el postre. Serrano, 47, 3ª planta
Soy Sohho (China)
En manos del chef Julio Zhang se encuentra Soy Sohho, un restaurante de cocina china de autor cuya carta es capaz de mezclar la tradición con la modernidad sin perder la esencia del país al que le dan vida. Su carta es un listado de recetas míticas de restaurantes chinos de barrio de toda la vida hechas con productos de calidad y temporada, pero elevadas a un nivel superior, convirtiéndose en obras de alta cocina china a precios asequibles. De esta forma aparecen platos como los dim sum artesanales, la reinvención del pollo al limón, los diversos arroces fritos o el Chili Crab. Delicias capaces de hacerte viajar a la China más tradicional sin salir de Madrid. Ayala, 87
Al Mounia (Marruecos)
Referente de la cocina marroquí en la capital, Al Mounia se presenta como alta cocina magrebí, y no es para menos. Su nombre, que hace referencia a una mezcla de especias, es un guiño a la importancia de la gastronomía, de la tradición, la sabiduría, el arte y el saber hacer; es por eso por lo que todo aquel que se sienta en una de sus mesas es capaz de trasladarse con tan solo un bocado a la medina de Fez o Marrakech. Su riqueza y diversidad de sabores, productos y colores está presente a lo largo de toda la carta y en platos que aúnan la cultura bereber, la árabe y la mediterránea como su cous-cous, tajin, mechoui o pastela. Recoletos, 5
Benarés (India)
En el barrio de Chamberí existe un local que es capaz de hacerte poner un pie en el rincón más perdido de la India con solo probar uno de sus platos: Benarés, cuyo nombre es un guiño a la ciudad sagrada india. Este local en el que se reinterpreta la cocina tradicional de uno de los países más singulares del mundo ofrece una carta que combina el producto local de temporada con técnicas actuales dando lugar a una cocina india elevada a la máxima potencia. Lo demuestran sus curry, sus samosas, sus panes naans y sus platos elaborados en el horno tradicional tandoor. Zurbano, 5
Ovillo (España)
Cocina tradicional viajada, ese es el concepto que Javier Muñoz-Calero ha querido crear en Ovillo, un bello espacio industrial muy cerca del Parque de Berlín. Su carta está inspirada en las recetas tradicionales de todos aquellos lugares que han sido su campo base gastronómico, de ahí que no sorprenda encontrarse con platos de Francia, Suiza y Tailandia, además de Cataluña y País Vasco, donde el chef forjó su carácter en los fogones. Todos sus platos tienen el sello de identidad español, pues sus recetas se elaboran con productos de mercado y temporada, haciendo especial hincapié en materias primas con Denominación de Origen como la gamba roja, el pulpo, la carne de caza o el marisco. Pantoja, 8