Su música se ubica más bien en la no-tendencia, o en una tendencia provocadora. En Ultramonte juega con las vísceras y se expone. “Lobito es el miedo. No nos vamos a poder deshacer de nuestros miedos, ni de nuestros demonios. Nunca. Pero podemos convivir con ellos de la manera más honesta posible. Y sobre todo no echarle el muerto a otro. Yo con mis miedos trato de llevarme bien, tenerlos presentes y lo que decía Jung de `integrar a la sombra´. Eso es peligroso porque también eso puede caer en un relativismo de la hostia. Más o menos tenerla cerquita para que luego no moleste”.
Su esencia
“Al final el punk plantea que todas las certezas que tú tienes, son una puta mierda. Fin. Ahora hay muchas certezas sobre todo en relación con el hedonismo y la dimensión del placer. Lo que implica el entorno social, certezas políticas, que son excusas para mantener un status quo, que un punk y un trovador libre tiene que cuestionar”.
La canción
“Surge normalmente de una frustración. Ante la imposibilidad de solucionar la diferencia entre el universo subjetivo y el universo objetivo, de repente interviene algo que es superior, que no sabes lo que es: esa respuesta es la canción. Si esa canción vale para algo es que lo que ha intervenido está bien. Si no, es que se te habrá metido una interferencia en el wifi divino. La canción es una especie de oración. La oración hace que tu concentración se amplifique y se dirija. Esa concentración te cambia a ti. Cuando te cambia a ti y la enseñas a otros. Estos dicen, él ha seguido su camino y ahí tú muestras un mapa, para que el que esté en la misma ruta lo pueda utilizar”.
“Leí un artículo: ¿Es la conspiranoia una enfermedad psiquiátrica? Y salía un psiquiatra estudiando la pertinencia de medicar a los conspiranoicos ¿Para qué hablan de salud mental? Para reprimirnos más. Punto. Más control. En una dimensión de la realidad ya muy íntima, muy cuestionable y muy subjetiva ¿Qué es esta supuesta salud mental o higiene mental? Es de donde vienen estas concepciones de la locura que son totalmente modernas también. Porque previo a la modernidad, la locura era santidad y era conexión con entidades divinas, con lo espiritual. Luego se convirtió en una patología médica. Tampoco se puede romantizar la locura, hay personas que necesitan un tratamiento, amor y apoyo de la comunidad”.