Reducción de residuos, el primer paso
La reducción de residuos, encabezada por la apuesta por los vasos reutilizables frente a los de plástico de un solo uso, sin embargo, parece un buen lugar por donde empezar. Eso sí, no hay que perder de vista que estos recipientes, per se, no son sostenibles. Más bien al contrario, ya que en su fabricación interviene una mayor cantidad de material plástico. “Lo que es sostenible es el uso que le das. Estos vasos tienen una vida útil de unos veinticinco usos; para emplearlos entre una y tres veces; técnicamente sería mejor seguir con los desechables, porque no se aprovecha al máximo el recurso, aunque de cara al público parece peor. Lo ideal sería implementar un sistema de depósito, devolución y retorno pero, en general, no se hace”, asegura Marta Barahona, responsable de Sostenibilidad de Gabeiras y Asociados, en representación de la FMA, y continúa: “Problema adicional es también que los festivales suelen imprimir en ellos el número de la edición e incluso, en algunos casos, el cartel, por lo que de un año a otro se quedan obsoletos y no se vuelven a utilizar”.
Ejemplo de buena praxis en este sentido es el Rototom, uno de nuestros eventos musicales más longevos, en activo en España desde 2010 (aunque nació en Italia en 1994), que para su última edición se habría ganado el título de “festival más sostenible” tras conseguir suprimir al 100% la presencia de plástico en barra y en las máquinas de vending. ¿Cómo? Impulsando la instalación de cincuenta puntos de suministro de agua para rellenar botellas y vasos reutilizables con agua fría microfiltrada y osmotizada. También se ganó este reconocimiento las Noches en el Botánico que, el mismo año, sería nombrado “festival más sostenible de la Península Ibérica” por la cuidada integración del ciclo dentro del entorno natural y la sabia reutilización de materiales.
En esta línea, también encontramos al modesto Prestoso, un festival de pequeño formato que se celebra en el Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias (Xedré, Asturias) y en el que la sostenibilidad ha sido prioridad desde el instante mismo de su concepción, lo que les ha llevado a lanzar incansables campañas de comunicación bajo el lema “Solo deja tus huellas”: “Hacemos muchas actividades paralelas dentro del parque para que los asistentes tomen conciencia de dónde están y de la importancia cuidar el paraje. Además, conseguimos un acuerdo con una empresa para que se encargara de poner contenedores de reciclaje y nos llena de orgullo ver que nuestros prestosines lo mantienen todo limpio”, comenta Juan Gama, uno de sus fundadores. Y es aquí donde se abre otro melón: el de la correcta gestión de residuos.
Casi la totalidad de los festivales que se celebran en el territorio español son eventos de titularidad privada, de ahí que sea la organización la encargada de tramitar los desechos generados. Sin embargo, no existe una legislación que les obligue a realizar una recogida selectiva, solo a tratarlos de la mejor forma posible. “Deben contratar su propio gestor de residuos, pero no están obligados a reciclar. Ser más sostenibles no es tanto poner unos cubos sino hacer un seguimiento de qué ha pasado con los residuos derivados de tu festival”, sentencia Barahona, y esta no suele ser la tónica habitual.