Paula Valdeón: Habitar las ruinas
El tiempo mancilla; y borra. Torna invisible el recuerdo (o casi). Deja un sentimiento latente. Pero el espacio al que adherirlo se pierde. Así que no hay forma más que de recomponer el cuerpo a través de los fragmentos. Fotografías, papeles pintados o azulejos. Así es como la joven artista Paula Valdeón Lemus (Badajoz, 1992) trabaja, becada ahora mismo en la Fundación Antonio Gala, tratando de “extraer la plasticidad y lo sensible que dentro encierra la basura y que no es visible para todos, para así establecer una conexión con la parte afectiva de “lo perdido””. Se trata de buscar, nos cuenta, “el encuentro fortuito con la huella doméstica del ser humano”.

En las ciudades, al pasear. A la deriva. Ahí encuentra los vestigios, las huellas. Entre los vacíos de la decadencia. Y así, la artista deambula por la ciudad sin un objeto específico. De esta forma, establece “una reflexión en las formas de ver y experimentar la vida diaria. Así, en vez de ser prisionera de una rutina, me planteo seguir las emociones y mirar a las situaciones cotidianas y urbanas de una nueva forma más subjetiva.”, nos cuenta. Su poética pasa por reconstruir los rastros de nuestras presencias en aquellos lugares que hemos habitado. Gracias a una subjetividad de raigambre proustiana, la artista busca las “reminiscencias volátiles que experimentamos al ver u oler algo”. En estos momentos, concreta su trabajo en la tela y la pintura, recuperando su fuerza y profundidad, haciendo obras “más hápticas”, que le permiten generar espacios “a partir de la experiencia sensorial que desprende lo pictórico”. Con ello crea lo que ella llama “entes contenedores”. Y es que nos confiesa que tiene una relación muy especial con los recuerdos, y su cabeza “siempre está relacionando olores, sabores e imágenes sin descanso”.