Cuando Estela Benítez acudía a festivales o conciertos hace un tiempo, alucinaba con cómo iban vestidos los artistas patrios. Los comparaba con los extranjeros y llegaba a la conclusión que «eso no podía ser, que no podían tocar delante de miles de personas igual que iban a comprar el pan». Así que hace unos diez años, junto con una amiga, creó un proyecto en el que vestían a personas de la industria y después les fotografiaban. Gracias a esa idea, a día de hoy se ha convertido en una reputada estilista de grandes grupos como Vetusta Morla, Zahara o Miss Caffeina. Artistas a los que les ayuda a que su música y su vestimenta se retroalimenten. Porque, como afirma, «la ropa en un espectáculo es tan importante como la puesta en escena o las luces».
¿Cómo unes el concepto de estilismo y el de musical?
Para mí no van por separado porque siempre me han gustado los dos. Por eso me sorprendía que en España hace más de diez años la música no se nutriera de la moda, ni al revés. Algo que sucedía con artistas europeos y algunos de EEUU. Como ocurre con PJ Harvey, de quien me encanta ver cómo su concepto musical siempre está unido al estilístico. En cambio, si los componentes de Standstill, grupo que me gusta mucho también, hubiesen ido mejor vestidos, seguramente hubiesen sido más internacionales.
¿Ayuda un buen estilismo al espectáculo?
Totalmente. Tanto como las luces o la puesta en escena. Al final todo rema en la misma dirección.
¿Cómo es tu trabajo?
Me gusta empezar desde el armario del artista, para hacerles ver que deben tener una personalidad vistiendo. También que no les puede valer con la ropa del día a día, sino que tienen que tener otra para cuando trabajan. En algunos confluirán los dos estilos y en otros no. Deben de tener un fondo de armario con lo básico por si necesitan para un shooting y luego más concreto si es un vídeo o una gira. Antes estaban acostumbrados a que en una sesión de fotos los estilistas de moda les pusieran ropa con la que se sentían disfrazados. Por eso hay que hacer un estudio del grupo y de cada músico y que vayan avanzando estilísticamente.
¿Qué es mejor para un músico, unirse a las tendencias de la moda o romperlas?
Depende de la personalidad. Hay gente que se adapta mejor a la tendencia y otros que no. Aun así, yo siempre juego con ella, porque a mí me gusta mucho. Pero en general voy más a la personalidad y a lo que les favorece. Normalmente no son cuerpos normativos y es superimportante que vayan lo más estilizados posibles.
¿Buscas potenciar su personalidad a través de la ropa?
Eso es. Para conseguirlo tengo negociar con ellos y romper barreras. Siempre tengo una norma que es que se lo prueben y luego me digan. Esa simple regla les ha hecho cambiar de visión muchas veces.
¿Puedes poner un ejemplo?
Muchos. Alice Wonder, cuando la conocí, me decía que no le gustaba la moda. Yo la llamaba la reina del pitillo, porque parecía que solo podía llevar esos pantalones. Pero ahora se pone mil cosas diferentes. Con Vetusta Morla y Zahara también hemos roto muchas barreras. Yo lo que intento es que se sientan cómodos y no disfrazados. Vetusta ahora tiene muy en cuenta su propuesta estilística, y eso que hace unos años les daba igual.
¿Qué características tiene que tener una prenda para una gira?
Esto depende mucho de cada uno. Pero, por ejemplo, Alberto Jiménez, el cantante de Miss Caffeina, suda mucho, pero lo aguanta todo. Se pone una chaqueta y no sufre. Y luego hay gente que no soporta el calor. Como el Kanka, con quien he trabajado mucho los tejidos. Intento que sean cómodas y agradables. En general es lo que me piden.
Y ya para terminar, ¿qué relación tienes tú con la moda?
Yo fui modelo hace muchos años y me hubiese encantado ser estilista de moda. Es algo que me gusta mucho. Tengo una relación muy estrecha con la ropa y me parece arte. Siempre defiendo que no es algo superficial.