Foto de cabecera © Dominik Valvo
El deseo hecho compromiso
Su fulgurante trayectoria como poeta, novelista, dramaturga, directora y docente (en la Universidad de Salamanca) tiene una sólida base en su claridad de ideas y la apabullante firmeza con la que construye su discurso. Es clave un término que la creadora emplea profusamente: «a todo esto llego desde el deseo, que también conlleva mucho esfuerzo y un compromiso». Un deseo que construye en el momento presente: «Para mí es muy importante confiar en lo que estoy haciendo y cuidarlo y respetarlo mucho sin fantasear con lo que puede venir después».
Nyman consiguió deslumbrar (entre otros muchos) a los miembros de la compañía y productora Kamikaze con dos obras montadas «con cuatro duros» por el colectivo de teatro amor&rabia que fundó junto a Lluna Issa Casterà mientras cursaba en Sevilla la carrera de filología: Yo solo vine a ver el jardín, con la que ganaron el festival Almagro Off en 2022 y Oye la lluvia bajo este paraguas, que estrenaron el Festival Surge ese mismo otoño.
«Deseo, también es una palabra fundamental en Hysteria. Viene a ser casi como una alegoría de la condición humana y de sus males en el siglo XXI. Aunque realmente de la histeria se lleva hablando desde tiempos de Platón y de Hipócrates, la obra toma el título de la que se popularizó en el siglo XIX en el Hospital de la Salpêtrière, en el que el neurólogo francés Jean Martín Charcot la definió como una enfermedad; que es tramposa y que tiene un claro sesgo de género, y que realmente a lo que responde es a toda una descarga de un malestar reprimido por parte de estas mujeres que habían sido relegadas y sometidas».
A este marco teórico le da la vuelta y lo trae al siglo XXI: «en la obra hablamos de dos grandes males de nuestro siglo que son la depresión y la manía, que justamente son el reverso de la histeria. Si esta era una descarga del malestar reprimido, la depresión y la manía son una represión de nuestro malestar. Y, ¿por qué ocurre esto ahora? Porque hay una necesidad o una competitividad que está patrocinada por el neoliberalismo, que nos está bombardeando constantemente con mensajes de “tú puedes, no necesitas a nadie, tú eres increíble, puedes con todo”, que nos provoca o nos empuja a negar nuestra vulnerabilidad. Todo ello no nos permite presentarnos en sociedad tal y como somos, sino siempre con una especie de coraza».
La obra, protagonizada por Lluna Issa Casterà y Mariano Estudillo, dos personas vulnerables, cada una desde su rol de paciente y doctor, se plantea «desde el surrealismo, desde el humor o desde una especie de sensación delirante todo el tiempo. Nos ayuda a señalar realidades que muchas veces damos por hechas, a deformar, a extrañar o desnaturalizar algo que pasa desapercibido. Y eso es lo que provoca la risa, porque estamos desubicados. Y esto conecta justo también con el discurso de la histérica. Esa persona que dice palabras ilógicas, que no se entienden, es la que está proponiendo alternativas a una realidad impuesta y, por lo tanto, está introduciendo nuevas palabras en el lenguaje para transformar la realidad».
Que nadie espere una puesta de escena convencional, como no lo es su lenguaje: «Vamos a ver cuerpos ensamblados en escena. No queda claro dónde está el límite o el corte entre un cuerpo y el otro. Porque esto apela una vez más a otra teoría que a mí me parece fundamental que es la teoría de los ensamblajes [Gilles Deleuze]. Cómo realmente esta idea del sujeto moderno ya no existe. Yo no soy un ser hermético y monolítico, sino que tengo orificios y estos, de alguna manera ya están revelando que hay todo el tiempo una intracción».
A los espectadores que acudan a ver la obra les pide «que vengan sin expectativas, que vengan con mucho deseo y, sobre todo, que se dejen confundir y no tengan la ansiedad de resolver. Esta obra no va a resolver nada, en todo caso va a generar más interrograntes».
En el contexto de esta edición confiesa que el mundo de la moda nunca le había interesado, pero, «en este último año, desde el punto de vista investigativo, me he estado introduciendo en cómo opera la identidad, que tiene mucho que ver con el deseo que decíamos antes porque el deseo es cómo yo me veo en el futuro. Creo que ahí la moda incide. Es una manera de edificar nuestra identidad, que es nómada y está en constante transformación».
Hysteria · Del 25 de septiembre al 13 de octubre · Teatro de la Abadía