En una ubicación envidiable, en el epicentro del llamado ‘Triángulo del arte’ (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Nacional del Prado y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza), el Hard Rock Hotel Madrid supone una exposición en sí misma, con 70 piezas de memorabilia, como un conjunto de vaqueros y camisa azul que Elvis Presley llevó durante el rodaje del especial de la NBC en 1968. Desde el pasado 17 de septiembre, su cita dominical con el Drag Brunch se ha convertido en una parada obligada hasta el próximo 22 de octubre. Hasta el 30 de noviembre también tienen programados los Ara Acustic, donde el lobby del hotel se transforma en el escenario perfecto para los amantes de la música más cercana e intimista con artistas como Eva Calero, Lafama, Marisa Valle Roso, Isma Romero o Rubén Kelsen. Javier Polo, general manager, reitera su apuesta por el talento musical emergente: «Estamos muy comprometidos con esto, con el arte y la cultura en general». El paso por el hotel añade, debe convertirse en «un recuerdo inolvidable».
Cultura accesible
Conseguir que la ciudad sea un poco más amable y menos rara, como diría la canción. Eso es lo que buscan desde el Hotel Barceló con su programación. El próximo 20 de octubre se celebrará el primer concierto accesible en un hotel español en el Imagine de Madrid, con Rubén Pozo como protagonista. ¿Que qué significa esto? Pues que, a través de intérprete de lengua de signos, lazo de bucle magnético, subtítulos, mochilas vibratorias, códigos navilens y la habilitación de espacio preferente, el concierto podrá ser disfrutado por todas las personas con discapacidades diversas. Esta iniciativa nace de la unión de la productora División Sonora y la Fundación Music All, cuyo objetivo es acercar la cultura a todas las personas en nuestro país. El 17 de noviembre cierra el ciclo Núria Graham.
Si seguimos con el leitmotiv de que nos pasen cosas estemos en el contexto que sea, ahí vamos con otra sorpresa: un club de jazz en el hotel. No es un sueño porque existe, pero lo cierto es que vivir el espacio es muy parecido a viajar en sentido literal y figurado sin moverse de la ciudad. «Una sala chiquitita y sin pretensiones», como dicen desde la dirección, convertida en uno de los mejores clubes de jazz de la capital, «a la altura de los míticos de Nueva York», apostillan. Hablamos de Recoletos Jazz, en el Hotel AC Recoletos (Recoletos, 18). Su programación también alberga otros géneros, como el flamenco, la música cubana, la canción de autor o músicas del mundo a través de artistas como Chucho Valdés, Zenet, Cecilia Krull, Alana Sinkey, Pedro Guerra, Mercedes Luján, Arcángel o La Barbería del Sur. Recientemente han pasado por una reforma integral y el aforo ha pasado de 45 a 85 espectadores. Una propuesta que se complementa a la perfección con la opción gastronómica, una carta diseñada para poder cenar mientras se disfruta del concierto, platos sencillos, casi todos fríos, que permitan que todo sea dinámico durante el show, incluso la digestión.
El Hotel Thompson (plaza del Carmen), ofrece una ubicación privilegiada para los que nos bebemos la ciudad y un punto de partida excelente para los viajes de los turistas que vienen de fuera. Actualmente llevan a cabo ‘A Taste of Thompson’, un homenaje «a la herencia, el sabor y el arte, apoyándose en lo tradicional». Todo comienza en las cocinas, donde los asistentes podrán aprender a elaborar la reconocida tortilla de patata de Familia La Ancha. Con la música como protagonista de excepción, la cocina del chef Nino Redruello, responsable del diseño del menú junto con Manuel Villalba, se fusiona con la magia de los diferentes palos del flamenco, que serán enseñados por María Cruz, subdirectora del centro de flamenco y danza El Lucero. Además, durante la cena también impartirá un taller de técnica de palmas y castañuelas y el menú, dividido en seis etapas, es servido en una vajilla creada en exclusiva por La Cartuja de Sevilla. El resto tendrás que descubrirlo tú mismo.
El Umusic Hotel (c/ de la Paz, 11) contiene en su interior un teatro, en donde antiguamente se ubicaba el Teatro Albéniz. Siendo propiedad de la célebre disquera no debe sorprendernos que la música sea omnipresente. Hasta abril del año que viene programa el musical El fantasma de la ópera, basado en la novela de Gaston Leroux, con música de Andrew Lloyd Weber y que tiene como protagonistas a Gerónimo Rauch (alterna con Manu Pilas) y Talía del Val (alterna con Laura Enrech).
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