Foto de cabecera. Vista de la exposición de Eva Lootz © Guillermo Gumiel
Comisariada por Claudia Rodríguez-Ponga Linares, Si aún quieres ver algo… es una exposición instalativa creada por Eva Lootz, artista austríaca afincada en Madrid a la que se considera pionera en el campo de las instalaciones escultóricas y que, a lo largo de sus 84 años, ha impulsado las tendencias experimentales dentro del panorama del arte contemporáneo.
La exposición se divide en dos espacios y gira en torno a la transformación social, la amenaza climática y la delimitación de los significados ya establecidos. Por tanto, en la primera parte -que se sitúa en la planta baja a modo de espacio subterráneo y oscuro respaldándose bajo una cita atribuida a Paul Cézanne “Si aún quieres ver algo, date prisa, todo está desapareciendo…”-, la artista invita al espectador a cuestionar las apariencias engañosas y la dualidad de la materia por medio de la resonancia de la luz.
Según Claudia Rodríguez-Ponga, «este espacio es el mausoleo de la exposición donde se puede disfrutar de una instalación site specific realizada exclusivamente para Alcalá 31». Por ello, a través de unas vibraciones sonoras y luces ultravioleta, se genera un paisaje expositivo poco frecuente conformado por tres columnas parlantes con sistemas de amplificación, dos columnas de espirulina, diversas fresqueras con los nombres de individuos latinoamericanos que fueron asesinados injustamente por defender sus tierras, pirámides de minerales bioluminiscentes y polvo de hueso que, lejos de cualquier convencionalismo, señalan las delimitaciones que separan la cultura y la naturaleza.
En este sentido, Eva Lootz hace replantearnos hasta qué punto nuestra percepción es defectuosa y podemos llevarla más allá para atisbar aquello que está desapareciendo y lo nuevo que aparece. Por eso, hay obras creadas a base de cáscara de huevo, cúrcuma y espirulina azul que es, a su vez, roja por el efecto del filtro de la luz ultravioleta. Es decir, se advierte al espectador que las apariencias engañan a simple vista, pues al observar cómo los minerales entran en contacto con la luz ultravioleta se verifica que lo real es cambiante y, a veces, invisible a nuestros ojos.
Con el fin de sostener el significado de la instalación de la planta baja, la cita “agua es el nombre futuro de la sed” inaugura la segunda parte situada en la primera planta. En ella, la sociología, la antropología y la filosofía se dan de la mano a través de la serie Dibujos que piensan realizados durante el confinamiento. Compuesta por más de mil dibujos polípticos en formato A4 dispuestos en 26 paneles, se refleja el pensamiento de la artista «informando teóricamente la producción de esta instalación total», afirma la comisaria.
Como punto central, algunos de estos dibujos ponen en valor a diversos poetas aztecas, mapuches y las lenguas muertas de América Latina con el propósito de advertir la progresiva desaparición de los espacios naturales y culturales, y la posibilidad de rescatarlos. A parte de las referencias de la historia de Hispanoamérica, Lootz menciona a grandes figuras de la Historia del Arte como Aby Warburg, cuya metodología rompió las barreras tradicionales al renegar de la división temporal de la historia por etapas para, así, ceder el protagonismo a la herencia de los fenómenos culturales y defender a los que siempre han sido los “malos” del relato occidental.
En palabras de la curadora, las dos frases que conectan ambos espacios «tienen que ver con las desapariciones a las que venimos asistiendo desde hace décadas. Desapariciones de oficios, de diferentes materias, la escasez del agua, las tierras raras, las lenguas indígenas, las especies animales y vegetales. Este es un tema que preocupa a Eva en un sentido ecológico y antropológico, pero también abarca reflexiones que se asocian con la física cuántica porque lo que desaparece también tiene estructura. Es esencial darse cuenta de lo que está apareciendo a partir de esas desapariciones».