Raquel Parra
CEO de Captoplastic
Hay más de 14 millones de toneladas de microplásticos en el suelo oceánico y ya se han detectado en unas 800 especies de peces, crustáceos y moluscos, pero también en la sangre de vacas y cerdos. Cada uno de nosotros consume alrededor de 5 gramos de plástico a la semana, el equivalente a una tarjeta de crédito. Un problema global que solo la ciencia puede atajar. Fue en el laboratorio de la Universidad Autónoma de Madrid, gracias a la inversión de la gestora de fondos BeAble Capital, donde nació Captoplastic, una startup que es capaz de eliminar los microplásticos del agua y que ha recibido el premio Global eWards 2021. Hablamos con Raquel Parra, CEO de Captoplastic:
¿Cómo surgió esta tecnología y cómo funciona exactamente? Dentro de la facultad de ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid, el grupo de investigación de José Antonio Casas lleva años trabajando en la eliminación de contaminantes del agua. En 2018 dieron con una tecnología capaz de eliminar los microplásticos del agua gracias a una técnica de aglomeración selectiva mediante la cual conseguimos eliminarlos del agua sin alterar sus características. Gracias a BeAble Capital, nuestro principal inversor y socio fundador, la tecnología pudo empezar a escalarse.
¿Dónde se aplica? Se puede aplicar sobre cualquier flujo de agua, pero sobre todo nos enfocamos en implantar la tecnología en las plantas de depuración de agua residual o industrial, antes de que llegue a mares y océanos.
¿Cuáles son vuestros clientes potenciales? Son muchas las empresas que buscan minimizar su huella en microplásticos. Nuestros clientes son, desde empresas que se dedican a la gestión, mantenimiento y diseño de plantas de tratamiento de aguas residuales, hasta empresas que por su proceso productivo generan microplásticos y quieren garantizar que no emiten estos contaminantes al medio ambiente.
¿Es posible que esta tecnología llegue a nuestras casas? Tenemos en desarrollo miniaturizar nuestra tecnología para que pueda ser aplicada en lavadoras. Mucha de nuestra ropa es de origen sintético y estas microfibras plásticas son uno de los microplásticos más contaminantes. Aplicando nuestra tecnología a las propias lavadoras conseguiremos eliminar desde la fuente una gran cantidad de estos contaminantes.