1. Auditorio 400 del Reina Sofía. La ampliación del MNCARS, encomendada en 2001 al arquitecto Jean Nouvel, incluía un auditorio (para 400 personas) como lugar de peregrinación a las vanguardias. ”Hablamos de un santuario a la medida de los amantes de la música más actual”, cuenta Juan Lucas, director de SCHERZO. ”En este tiempo el público ha podido disfrutar de su inmejorable acústica en compañía de Steve Reich, Irvine Arditti, Helmut Lachenmann o José María Sánchez Verdú. Y, además, sin gastar un euro”.
2. Gran Teatro del Liceo. Buque insignia de la ópera, el de las Ramblas de Barcelona fue inaugurado en 1847. ”Fue el primer teatro del mundo que visité de joven”, concede Gonzalo Alonso, crítico y director de Beckmesser. ”Vi un par de óperas desde un lateral del último piso y su acústica me pareció increíble habida cuenta de las dimensiones de la sala”. Años después, escuchó allí a Ángeles Gulín. ”No me podía creer que su voz pudiese sonar como un trueno desde tan lejos. Una acústica formidable”.