La idea de construir una plataforma que pueda ofrecer a los creadores el poder de controlar sus propias carreras fue originalmente de Jack, dada su experiencia en la industria creativa; y con la ayuda de Sam, desarrollaron juntos un nuevo modelo rompedor.
Desde su sede en San Francisco, Patreon ha cruzado recientemente el Atlántico para llegar a Berlín, guarida desde la que han planeado dar el golpe en Europa.
¿Qué ofrece que no hagan otras plataformas similares? En España, por ejemplo, probablemente la comunidad creativa más conocida sea Domestika (también con sede en San Francisco) en el que te apuntas a cursos concretos. La diferencia es que en Patreon, el usuario se convierte en mecenas de un creador y paga una cantidad fija al mes, dependiendo del contenido que ir quiera ir recibiendo, siempre exclusivo.
Esta red nació con la idea de acercar a los creadores a sus seguidores, y por eso se facilita que los mecenas interactúen con el artista y con los procesos que comparten. En palabras de Susanna Barraggia, marketing manager en Europa, “fue fundada por un creador para creadores, y pone a los creadores primero, no a los anunciantes”. Ella misma nos aporta cifras redondas: unos 250.000 creadores pueblan esta comunidad. En este último año de pandemia, su número ha aumentado entre el 3% y el 8% a nivel mundial. Todos ellos han contado con el respaldo de más de seis millones de mecenas que han aportado más de dos mil millones de dólares en los últimos dos años.