Nat Simons trata de recuperar el tiempo perdido, tras más de dos años sin directos. Su disco Felina, publicado en octubre pasado está empezando a sonar con regularidad, por fin, sobre los escenarios. Y lo hace con una potente banda y un sonido que se aleja de la placidez del estilo “americana” con el que se empezó a dar a conocer. Foto por Lucía Zapata para el Duende
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