Foto de cabecera
© Cortesía Aitor Saraiba
Hemos vuelto a entrevistar a Aitor Saraiba por motivo de nuestro número 202 Estamos de Moda, una edición con la moda como la protagonista, donde vemos necesario destacar las iniciativas que promuevan el uso consciente y responsable de la ropa, porque como bien nos recuerda Aitor: «La ropa más sostenible es la que ya tienes en el armario».
Antes de dejarte la entrevista completa, te contamos que con este propósito de arrojar consciencia sobre el valor de la ropa, Aitor estará de gira con talleres que van desde el zurcido y customización de ropa, al bordado y costura creativa. Después de agotar dos talleres en Lisboa y uno en Santander durante el mes de enero, comienza febrero con tres talleres en Tokyo los días 10 y 17. En marzo, vuelve a Cantabria (Selaya) los días 2 y 3, y aterriza en La escuela artesana de Mallorca el 23 y 24. Para cerrar esta gira, pasará por Cataluña los primeros días de abril y volverá a Madrid el 20 y 21. Consulta más detalles en este enlace.
Hilos de lana hilados a mano o telas teñidas con recursos naturales propios de su huerto. Todo comienza con sus raíces porque fue su madre quien le enseñó a coser. Aitor se define como zurcidor, investigador y dibujante. Pone en relieve el trabajo artesano a través de su arte textil, donde ha aprendido de técnicas que exigen gran dedicación y esfuerzo.
¿Cuándo te diste cuenta de que la apuesta por lo artesanal y el cuidado en el proceso de producción de una prenda podía ser, por decirlo de alguna manera, tu misión?
En mi casa todo siempre se remendó y reparó. Vengo de una familia donde eso siempre ha sido necesario para la supervivencia. Y en mi obra desde siempre eso estuvo presente. Quizá hace unos años, reparar tu ropa, remendada y zurcirla no estaba muy bien visto. Y las marcas y la moda premiaban y aplaudía más lo nuevo e impoluto. Pero todos nos hemos dado cuenta de que eso es además de insostenible, es irreal. Es algo que llevo haciendo desde niño, solo que ahora he tenido la suerte de que el foco se ponga sobre mi trabajo y discurso.
Desde tu punto de vista, ¿cómo se relaciona este regreso a los orígenes, a lo tradicional y manual, con la mirada hacia el futuro, la tecnología e innovación?
Es la única forma de supervivencia. Parar (que es algo que no nos permiten ) ver el ritmo de la naturaleza y latir con él. Hemos vivido muchos años a una velocidad que no es humana. Que no está ligada al paso de las estaciones. Y ahora, menos mal, parece que hemos despertado y somos muchas las personas que queremos que el ritmo no sea el del consumismo desenfrenado y la producción en masa.
¿Cómo crees que podemos construir una relación con la ropa más sostenible y sana para el planeta?
Lo primero es intentar comprar menos ropa. La ropa más sostenible es la que ya tienes en el armario, por mucho que las marcas intenten venderte prendas más sostenibles jajaja. Lo que ya tienes. Esa es la prenda más sostenible. Luchar y exigir que las marcas hagan prendas en sus territorios, con textiles naturales y con tintes naturales. Es una lucha lenta y silenciosa, pero no va a parar, hay mucha gente que quiere salvar el planeta más que llenar su armario de cosas que no necesita. También está la opción de hacer nuestra propia ropa, que es algo maravilloso, hoy en día por internet puedes aprender a hacerte cualquier prenda, al principio te quedarán peor o mejor pero siempre tendrá tu sello.
¿Cómo vives la moda en tu día a día?
¡Me encanta la moda! Me encantan los trajes regionales de todos los lugares del mundo y como ellos han resistido muchas veces a la producción masiva gracias a que su interés es local. Cuando viajo siempre que me lo puedo permitir intento comprar alguna prenda local hecha a mano del traje regional donde estoy. Siempre terminas conociendo a personas increíbles, costureros con técnicas centenarias, tiendas intentando resistir el peso de la industrialización sobre ellas e historias sobre las prendas que son memorables. Pero me encanta la moda, por eso la respeto tanto, que mis prendas quiero que sean realizadas con amor y equilibrio, repararlas una y otra vez, teñirlas o customizarlas.