Foto superior y de cabecera © Ernesto Reguera
Diez nocheviejas, diez años en la vida de una pareja y diez episodios que diseccionan con gran sensibilidad la historia de una pasión amorosa desde su nacimiento hasta la ruptura a través de la crónica sentimental y emocional de una década (entre los 30 y los 40) en la que suelen suceder muchos cambios: mudanzas, hijos, separaciones, amigos que vienen y van, la desaparición de algún ser querido… lo que viene a ser la vida, vamos.
La serie trata sobre la historia de Ana y Óscar, dos personas que comparten un destino singular: ambos cumplen 30 años en fechas clave del calendario.
Ana (Iria del Río) celebra su cumpleaños en Año Nuevo mientras enfrenta una vida que considera incompleta: un empleo que no la satisface, amistades inestables y una búsqueda constante de propósito. Por otro lado, Óscar (Francesco Carril), nacido en Nochevieja, parece tenerlo todo resuelto como médico vocacional con amistades fieles, aunque su vida sentimental es incierta e incompleta. El momento en que sus caminos se cruzan marcará el inicio de una relación que, como todas, será alterada por los diferentes cambios que trae el paso del tiempo.
Antes de su llegada a la plataforma, «Los Años Nuevos» tuvo su estreno mundial en el Festival de Venecia seguido de una première nacional en la SEMINCI de Valladolid con una gran acogida y además ha sido la única serie española que se ha estrenado previamente en cines durante las últimas semanas antes de su emisión en televisión.
Y es que el nuevo proyecto del cineasta, creador y productor ejecutivo Rodrigo Sorogoyen (Antidisturbios, As Bestas) construido a partir de un excelente y poderoso guión a cargo de Sara Cano y Paula Fabra (que pivota además en torno a la música de Nacho Vegas) consigue un naturalismo desbordante e intimista donde cada detalle dramático y sexual tiene su sentido y donde a través de la espléndida química entre sus protagonistas, el espectador asistirá con placer culpable a este gran tratado sobre la felicidad y la infelicidad, sobre lo estable y lo fugaz y sobre el laberinto de sentimientos que experimentamos en la vida urbana del siglo XXI.
A lo largo de sus casi 8 horas de duración, -rodadas en diversas localidades de la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Lyon y Berlín-, veremos cómo los personajes navegan emocionalmente entre convivencias, separaciones y reencuentros con fondo navideño donde la juventud termina siendo irremediablemente desplazada por la llegada de la temida madurez.
Y su carácter mas cinematográfico que televisivo queda bastante patente en algunas escenas captadas en largos planos-secuencia Sorogoyenianos (y con un último capítulo rodado en una sola toma de 50 minutos simplemente intenso y magistral) que acaban conformando un retrato emocional implacable y veraz, tierno y doloroso dispuesto a convertirse, sin duda, en la serie española del año así como también en la favorita de los disidentes románticos y de los insignes miembros del club de los corazones rotos.
No se la pierdan.