Foto: Jorge T. Gómez
Henry cultiva un estilo crooner, que transita por el folk, por las raíces y por el jazz, como esos compositores que componen grandes canciones que emergen desde el underground, sin hacer demasiado ruido, pero figurando entre los grandes con los que ha sabido codearse como Harry Bellafonte, Ornette Coleman, Allen Toussaint, Somolon Burke, T-Bone Burnett, Daniel Lanois, Marc Ribot, Joan Baez, Emmylou Harris, Betty LaVette, Billy Bragg, entre muchos otros. Su mujer, Melanie Ciccone, es la hermana de Madonna. Y Henry incluso ha compuesto varias canciones para la diva rubia (‘Don’t Tell Me’, ‘Jump’, ‘The Devil Wouldn’t Recognize You’ y ‘Falling Free’).
Su concierto madrileño fue una auténtica delicia, algo íntimo en formato dúo (acompañado de su hijo, el multiinstrumentista (clarinete, saxos y piano) Levon Henry), en un auditorio como el Berlín Café idóneo para ese recogimiento con aromas tan jazzy. Vino a presentar ‘All the Eye Can See’ (2022), su último disco inspirado de alguna manera en los efectos de la Covid, en la soledad, en la mirada, en la escucha. Un disco de madurez y plenitud, que sirve para iluminar la vida ante la enfermedad: el cáncer que superó, la pandemia que nos asoló.
Con esa excusa la velada fue sucediéndose como una serie de confidencias de un Henry cercano y próximo con la audiencia, contando la necesidad del silencio y como esa sensación estimuló que escribiera ‘Mule’. A la par que nos hacía un repaso de algunos de sus 15 álbumes de trayectoria musical. Al final Henry nos habla de todas esas cosas que nos afectan y alteran nuestro vivir. Nos encandiló con canciones que parece que salen de la sombra (‘Eyes Out For You’, ‘Odetta’, ‘Our Song’, ‘God Only Knows’ o ‘This Is My Favourite Cage’, entre otras) pero que cautivan con un halo pletórico de luz.
Nos emocionó con una selección centrada en sus discos del siglo XXI, de ‘Tiny Voices’ (2003), el estupendo ‘Civilians’ (2007), de ‘Blood From Stars’ (2009), ‘Reverie’ (2011) o ‘The Gospel According to Water’ (2019), salvo una mención a ‘Fuse’ (1999) con ‘Like She Was A Hammer’, con un estribillo adictivo al desnudo (sin el arrope de teclados, bajo y la batería). Porque ‘Orson Welles’ no tiene porqué hablar del director de cine pero si de atmósferas que nos hablan de guerras y rendiciones. Como bis nos regaló una versión al desnudo del ‘I’ve got you under my skin’ de Cole Porter, un compositor que le maravilla por su manera de luchar con el dolor en sus últimos años, y un grande de la música estadounidense que le sorprendió, al igual que lo hizo el Bob Dylan de ‘Like a Rolling Stone’. Henry demostró la fortaleza de las pequeñas y grandes canciones, y cómo lo íntimo arrebata de manera directa.
Domingo 17 de septiembre de 2023 en Berlín Café