Foto de cabecera © Blanca Orcasitas
Han pasado veinticinco años desde aquel fabuloso álbum Minor Chords and Major Themes que ahora Heart of Gold aprovecha para editar en doble vinilo con la gira de despedida de Gigolo Aunts por España.
El primero de sus dos conciertos en Madrid fue una auténtica pasada y un derroche de energía en la que el power pop, el rock y sus imbatibles baladas ofrecieron todo el jugo posible.
Los Gigolo venían con muchas ganas, bien ensayados y rodados, para ofrecer la mejor versión de sí mismos. Lo hizo con su formación original con Dave Gibbs (voz y guitarra), Paul Hurley (guitarra), Steve Hurley (bajo) y Paul Brouwer (batería) junto a Alex Vangellow (teclados).
Dave Gibbs elogió y agradeció en todo momento el cariño siempre recibido en España, y estuvo vocalmente muy fino. Ejerció de gran frontman y supo presentar y dar el protagonismo al resto de componentes. Abrió la noche Santi Campos, uno de nuestros grandes músicos.
Los Gigolo Aunts arrancaron con la enérgica C’mon C’mon, la canción que abre este disco-joya de aniversario. De otros discos recuperaron canciones radiantes como Walk Among Us o Mrs. Whasington (de su disco Flippin’ Out, 1995) que desprenden la energía del power pop y del rock, o el hit Where I Find My Heaven, que se incluyó en la banda sonora de Dos tontos muy tontos. Ya en los bises Serious Drugs sedujo, su particular versión explosiva de los escoceses BMX Bandits. Sonó espléndida Mr. Tomorrow, esa canción dedicada al modélico procastinador, o ese medio tiempo tan agradable que es Even Though (The One Before the Last) de su disco póstumo Pacific Ocean Blues (2002). Y emocionó su guiño al pop español con The Girl From Yesterday, su versión del clásico de Nacha Pop.
El grueso del concierto se centró en el excelso Minor Chords and Major Themes que contiene joyas en forma de baladas como las majestuosas Everyone Can Fly o Everything is Wrong, dos de sus canciones estrella, o las sedosas You’d Better Yourself Together Baby y For A Moment. También exhibieron el pop vibrante de Half a Chance o Rest Assured. El cierre al grueso del concierto vino con The Big Lie con una canción que se convirtió en un himno, publicidad de cerveza verde mediante y con su actuación estelar en el FIB 1999. Y ya el culmen final de los bises con la adictiva Super Ultra Wicked Mega Love. Un concierto gozoso, a un nivel altísimo, que permanecerá en algo para el recuerdo (lo corroboraron de nuevo el viernes en Madrid y el sábado en Murcia, en el Visor Fest).
Los estadounidenses dejan un inmenso legado repleto de grandes canciones y un disco mítico y excepcional como Minor Chords and Major Themes. Fue un concierto memorable, imponente y enérgico. Y queda como un recuerdo imborrable de una época donde las guitarras eran tendencia, con la energía del power pop y del rock más luminoso.