Foto de cabecera © Cóctel de Momus
Una ruta para paladares en busca de aventuras que demuestra la gran sabiduría que atesoran estos locales de referencia para los que trabajar con un ron tan único y diferente como ron Black Rum Contrabando, el primer ron del mundo envejecido en barricas de Lustau, ha sido sin duda todo un estímulo. Un ron que en su elaboración fusiona la delicadeza de los rones dominicanos con los matices del Pedro Ximenez que le confieren las barricas Lustao y que hacen que su cata sea algo muy novedoso al paladar, suave y lleno de matices.
Una experiencia donde el tiempo se mide en pequeños sorbos tras las grandes historias que atesoran estas tres barras expertas.
Angelita: un pacto a oscuras
La primera parada para adentrarse mar adentro y alejarse del bullicio del centro es Angelita. Hay bares que funcionan como refugios, y este es uno de ellos: madera, calidad y la imperiosa quietud de esos lugares donde sabes que todo debe pasar despacio.
Su propuesta “Pacto de Sombra” nace de la mirada siempre creativa y humana de Mario Villalón y Maximiliano Berardi. Y llega como llegan los acuerdos importantes: sin alzar la voz. El Black Rum Contrabando se mezcla con Lustau Amontillado Escuadrilla, nueces Camemberti y oncom de cebada. Un cóctel tributo a esos primeros aventureros del Caribe que buscaban nuevas rutas con el ron como fiel compañero y que busca los opuestos, la contradicción, que se huele, se bebe y hasta se come como un sofisticado postre líquido dada su complejidad e intensidad.

Momus: Cuando el mar acaricia la orilla
La siguiente parada nos lleva a Chueca y allí reinan los mares de Momus. Su barra tiene algo de puerto: siempre hay llegadas, salidas, vasos que se apoyan como si vinieran de lejos.
Jean Vásquez ha creado “Orillas”, y el nombre no podía ser más preciso. Black Rum Contrabando se encuentra aquí con Lustau Oloroso Don Nuño y un cordial de flor de hibisco, rematado con una teja de chocolate blanco y mango. Color, mestizaje y un sorbo de aire fresco que se hace muy fácil al paladar, un cruce entre dos mares, entre lo floral y lo salino, Caribe y Andalucía para un gusto universal y sin fronteras.

Saddle: El placer del equilibrio
La última nos lleva algo más lejos a Saddle, en Chamberí. Aquí todo respira clasicismo, pero nada está inmóvil. Daniel Rengel trabaja con la certeza de quien conoce la historia y no tiene miedo de tocarla. El ha creado “Latitud 0” que se presenta como lo que es: un daiquiri, pero que va más allá de su apariencia. Zumo de lima, sirope de higo y Black Rum Contrabando como eje. Aquí el ron actúa como brújula. Su paso por barricas de Pedro Ximénez de Lustau le otorga esa chispa creativa suave, alegre que se convierte en profunda. La mezcla de dos hemisferios. Un cóctel que te reta a cada sorbo a repetir.

La Ruta Contrabando es una aventura por los mares de la coctelería creativa entre el Caribe y Jerez. Angelita, Momus y Sadle te están esperando como a un pirata sin maletas con el paladar de un explorador atento. Y es que esta ruta no va solo de ron, sino del placer de perderse en el tiempo y en el espacio.