Foto de cabecera: Instalación floral de Elisabeth Blumen en The Palace
Como si de un jardín suspendido se tratase, la cúpula del icónico Hotel The Palace en Madrid se transforma estos días en un espacio donde florece el arte. De la mano de Perrier-Jouët y la artista floral Elisabeth Blumen, nace una escultura efímera inspirada en el Art Nouveau, que podrá visitarse hasta mediados de julio. Una creación delicada y orgánica que rinde homenaje a los vínculos profundos entre la naturaleza y el arte.
La instalación floral en The Palace es una continuación contemporánea de la filosofía con la que se concibió la marca de champán desde su origen, como una celebración de lo natural y lo bello. Así, esta obra de arte floral evoca un paisaje onírico donde las flores se convierten en lenguaje. El estilo de su creadora, refinado y poético, se distingue por una sensibilidad estética que transforma cada espacio en una experiencia emocional.
La ‘Belle Époque’ en The Palace
Un símbolo esencial de este imaginario es la icónica botella Belle Époque, diseñada en 1902 por el artista Émile Gallé, figura clave del movimiento Art Nouveau, quien ilustró a mano las ya emblemáticas anémonas japonesas en los magnum de Perrier-Jouët. Su trazo delicado sigue representando la identidad visual de la Maison, como una firma viva de su herencia artística.
Este homenaje floral también dialoga con otro de los grandes tesoros de Perrier-Jouët: su histórica Maison Belle Époque en Épernay, que alberga la colección privada de arte Art Nouveau francés más extensa de Europa, reconocida y protegida por el Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La instalación coincide con el regreso del icónico Opera & Brunch a The Palace: una cita todos los domingos que fusiona gastronomía, música en directo y arte en todas sus formas. La experiencia comienza con una copa de Champagne Perrier-Jouët Grand Brut, antes de dar paso a un recorrido culinario y sensorial inolvidable bajo la cúpula del hotel. Una oportunidad perfecta para disfrutar de este escenario transformado, donde la belleza, la emoción y la naturaleza se encuentran.
Con esta instalación, Perrier-Jouët vuelve a compartir su invitación más profunda: detenerse, observar, dejarse maravillar. Reencantar lo cotidiano a través de la belleza, lo efímero y la emoción, guiados por la naturaleza y el arte como fuentes infinitas de inspiración para experimentar lo verdaderamente extraordinario.
