Es muy probable que una de las palabras más buscadas en Google durante 2019 haya sido ‘Satisfyer’. Un simpático juguete que ha elevado el clítoris a trending topic. Y aunque el gato al agua se lo haya llevado este producto, más que nada por una cuestión de precio, los succionadores ya llevaban unos años en el mercado. Su creador, Michael Lenke, inventó el juguete en 2014, después de dos años de pruebas testando el aparato con su mujer. Lo llamó Womanizer y su aspecto no tenía nada de fálico ni su función era la penetración, Lenke sabía que para que la mujer llegara al orgasmo había que estimular el clítoris. Y así es, porque más del 80% de las mujeres que han usado un succionador aseguran haber llegado al orgasmo en menos de 2 minutos.
Otra marca que pisa fuerte es LELO. Una empresa que nació en Suecia hace dieciséis años y que cuenta con fans en todo el mundo. Alberto Gooding, responsable de comunicación de LELO en España, nos cuenta las claves de su éxito: “LELO son las siglas de Luxury Erotic Lifestyle Objects, y eso es lo que ofrecemos: juguetes eróticos de calidad para el día a día de mujeres y hombres. Apostamos por materiales de calidad y todos nuestros juguetes están recubiertos de silicona biocompatible y cuentan con diez años de garantía”. Fabrican sus juguetes en Shangai, y gran parte de su presupuesto anual va destinado a I+D: “La importancia que damos a la innovación no solo sirve para satisfacer las demandas de los usuarios, también ayuda a diferenciarnos de nuestros competidores. Prueba de ello es que fuimos la primera marca de placer que introdujo mandos a distancia en los juguetes sexuales”. También para LELO los succionadores de clítoris son los productos más vendidos: “Nuestro top ventas son los succionadores de clítoris de la gama Sona. El número de unidades vendidas de este juguete aumentó el pasado año un 299% en España respecto a 2018”.
Platanomelón es otra de las tiendas de juguetes eróticos más visitada en nuestro país y fuera de nuestras fronteras, sobre todo en Latinoamérica. Creada en 2014 por Anna Boldú, se define como la primera marca de juguetes eróticos DVNB (Digital Vertical Native Brand) nacida en España. Su éxito se debe no solo a los productos propios o ajenos que pueden encontrarse en su tienda, sino a su forma de hablar de sexo de una forma totalmente desinhibida, colorista y divertida. Una especie de Sex Education a la española que cuenta ya con un millón de suscriptores en su canal de Youtube, donde tratan temas como: ‘¿Se puede tener un orgasmo sin erección?’, o, ‘¿cómo saber si soy gay?’. “Intentamos tambalear los estereotipos existentes en torno a la sexualidad y romper tabúes. Tenemos a profesionales en sexología que son clave para el desarrollo del contenido que nos diferencia tanto. Nos preocupamos porque sea educativo, inspirador y sano. Todo sobre lo que un adolescente, joven o adulto/a no puede acceder fácilmente o le da vergüenza preguntar”, comenta Anna. Para fabricar sus productos utilizan “materiales de alta calidad, principalmente silicona hipoalergénica, libre de látex y ftalatos, con un acabado suave”. Su cliente tipo son “personas con vulva de entre 25 y 35 años”, y según una encuesta realizada entre sus seguidores “uno de los sitios en los que más les gusta tener sexo es el salón”.
¿Y qué será lo próximo? Según el físico y matemático Ian Pearson, para 2050 el sexo entre personas y robots superará a las relaciones entre humanos. Precisamente de eso trata la novela gráfica Chester 5000 editada en España por la editorial Distinta Tinta. Un cómic atípico y muy sexy, creado por la ilustradora norteamericana Jess Fink, que pone el foco en el placer femenino. La historia se desarrolla en la época victoriana, y trata de un robot mayordomo que está siempre dispuesto a satisfacer las necesidades, incluidas las sexuales, de su dueña. Novela gráfica erótica con ilustraciones totalmente explícitas en riguroso blanco y negro en una historia que puede tener mucho de visionaria.