Mejor quedarse con el nombre de Denise Monroy porque esta cocinera va a dar mucho que hablar. Como primeras pistas, están el premio a la Cocinera Revelación en Bogotá Madrid Fusión 2021 y la ponencia que dará en nuestro país a finales de marzo durante el congreso Madrid Fusión 2022. Unos reconocimientos que le pillan por sorpresa, ya que nunca pensó que su estilo de cocina, tan diferente y fuera del refinamiento de la alta cocina, fuera a destacar de tal forma. Pero, aunque esto llega ahora, su camino comenzó hace doce años cuando, tras sufrir un momento de crisis vital que le llevó a la anorexia, descubrió una nueva forma de alimentarse, más real y consciente, que fue clave en su proceso de sanación. Así, comenzó a investigarlo todo sobre nutrientes y bacterias que le pudiesen ayudar a reconstruir su microbiota intestinal, muy perjudicada a causa de la enfermedad, se fue a Nueva York a estudiar en el Institute for Integrative Nutrition y viajó hasta Japón para entender los procesos fermentativos.
Lácteos no lácteos
De todos estos aprendizajes surgieron los “Lácteos no Lácteos”, como la mozzarella de almendra, la ricota de nueces, el yogur de coco o multitud de leches vegetales; y otros productos como las sidras de frutos rojos y verdes, la soda negra con carbón activado, la limonada de magnesio y los lattes con adaptógenos (ashawandha, maca, hongo reishi o ginseng).
Hoy, todas estas creaciones made in Denise pueden probarse en Elektra Punk and Food, el restaurante que abrió el año pasado y que cuenta ya con dos sedes en Bogotá. Allí se desarrollan platos elaborados con productos de origen vegetal, pero de una forma sabrosa, divertida e innovadora: “Lo que hace a Elektra diferente es que tiene una historia detrás muy importante, de la que nace la ilusión por hacer platos que realmente nutran a las personas, con una conciencia sobre la alimentación y el equilibrio nutricional”, explica la propia Denise. Pero además de todo esto, Monroy quiere demostrar que la comida vegetal no tiene por qué estar inevitablemente unida al veganismo (ella no lo es) ni ser aburrida o sosa; por lo que transforma los nachos en unos totopos de maíz con carne molida de tofu y mayonesa de pimientos rostizados, los perritos calientes en su famosa Perra, a base de cebollas caramelizadas, mayonesa de ajo y salchicha de tofu, o se marca una ensalada de pera fresca con crocante de anacardos y ricota de nueces con albahaca, que enamora a los más carnívoros. Toda una revolución fast food que ha cautivado a los bogotanos: “No hay tantas propuestas así y menos en Colombia donde casi toda la dieta se basa en proteína animal y carbohidratos, por cultura y por costumbre”, afirma.
El futuro para ella llega cargado de más trabajo, pero que nada tiene que ver con la apertura de más sedes, por mucho que se lo hayan propuesto, sino con el mundo de los helados –su jefe de cocina es pastelero– y con el desarrollo de productos aptos para las personas con alergias e intolerancias alimenticias, que cada vez son más. En relación con esto, el papel de Carlos Jaramillo, doctor en medicina funcional y una eminencia en Colombia, es fundamental, “soy paciente suya y estuvo en todo mi proceso de sanación y recuperación del cuerpo. Todos los productos que desarrollo están trabajados junto a él y también he colaborado en el diseño de las recetas de sus libros, El Milagro Metabólico y El Milagro Antiestrés” recuerda. Y reconoce que el hecho de poder ayudar a que la gente mejore su salud le hace realmente feliz porque siente que está aportando algo. Ahora todo lo que quiere es seguir recorriendo ese camino cargado de proyectos al tiempo que va recogiendo los frutos sembrados.