Reinventar la poesía. Actualizarla. Acercarla al público joven. Parte de eso lo ha conseguido Elvira Sastre (Segovia, 1992) con cinco poemarios a sus espaldas. Los últimos La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida (Visor, 2016) y Aquella nuestra orilla (Alfaguara, 2018) con ilustraciones de Emba.
Ha tenido el honor de que le escribieran un prólogo personalidades como Benjamín Prado, Fernando Valverde o Joan Margarit. Escritora, poeta y traductora, Sastre ha conseguido formular un universo propia, donde las emociones brotan y son el motor de un viaje apasionante. Charlamos con ella en un café del centro de Madrid.
¿Cómo le llega la poesía a su vida?
Llegaron los libros primero: los cuentos, los cómics… Leía mucho tebeo. La poesía me llegó en el instituto con Bécquer. Como nos pasa a muchos. Porque era lo que entendía. Con los clásicos no entendía lo que estaban contando. Y leyendo a Bécquer, lo identificaba con algo mío personal, y me gusta. Entonces empecé a investigar por ahí.
El amor es el sentimiento universal que aparece en todas las artes ¿Es su caso?
Más que el amor yo toco mucho las emociones, los sentimientos, la tristeza también y todas sus vertientes de dolor, etcétera… Cuando uno conoce el amor, acaba conociendo todas las emociones. Es un poco mi motor. Y a nivel existencial es sobre lo que más me gusta escribir porque me ayuda a convivir con ello.
¿Cree que vivimos tiempos sin poesía?
O, ¿la poesía ha perdido el lugar que tuvo hace siglos? No. Creo que ha habido un relanzamiento sobre todo gracias a las redes sociales. Mucha gente me dice que no sabía que le gustaba la poesía hasta que, de repente, les llegó sin buscarla. Yo de pequeña la busqué y a mí me ayudó. Y me pasó a mí porque di con ella en mi casa. Pero a gente de mi edad le hubiera pasado lo mismo de haber encontrado el poema perfecto para ellos. En los tiempos en los que estamos se niega todo. Parece que todo es inmediato, y que no hay emociones ni sentimientos… Y también uno echa en falta que le digan algo bonito, o que le digan algo por lo que pueda entender porqué está triste. Que alguien te desentrañe lo que te pasa en un papel. Uno de los papeles de la poesía es responder preguntas.
¿Sus padres fueron su guía?
Yo veía a mis padres leer en casa desde pequeña, así que la lectura era algo natural. Luego, más mayor, me di cuenta que la lectura, sin hacerme alguien especial, ni rara, ni diferente, me hacía afortunada. A mí la lectura me ha dado muchísimo. Me ha creado un mundo interior, me ha dado una experiencia y sabiduría, porque tú cuando lees estás aprendiendo de la vida de otros, y estás aprendiendo y estás fallando cuando ellos fallan, sabiendo sus errores, y acertando para solucionarlos y llegar a un final.
¿Qué dirías a la gente joven para despertar su interés por la poesía?
Que empiecen por los poetas más cercanos o accesibles. Y a los que ya leen, pues les recomendaría poetas como Ángel Gonzalez, Benjamín Prado,… Doy charlas en institutos con mi amiga la poeta Andrea Valbuena, y a mí me gusta mucho ir porque rindo cuentas con mi yo adolescente porque no me llevaban a nadie que me gustara en ese momento. Ahora ves que incluso tienen nuestros libros antes de que se los manden en clase. Me gusta encontrarme con adolescentes muy despiertos, con muchas ganas por hacer cosas, y de expresarse. Y eso es fundamental. Yo no era capaz de expresarme y por eso escribía. Es muy afortunado tener un arte y yo siempre les animo a hacer cosas, sea la poesía, escribir rap, esculpir, dibujar,… Tener algo que te ayude a canalizar lo que tienes dentro, sobre todo en la adolescencia, es una suerte. Les animo a que no lo abandonen porque te ayude toda la vida
¿Te gustaría que tu poesía fuese política? ¿O consideras que ya lo es?
Sí que he escrito algún poema social, más que político. Sí que intento transmitir valores, más sociales que políticos. Aprovecho mucho cuando hago recitales, en no cortarme y en expresar mis ideales. Creo en la tolerancia, y en que yo puedo expresar lo que pienso aunque tú no lo compartas. Así que aprovecho esa plataforma para posicionarme. Hablo de mis ideales, muchos universales… Y en la poesía algunas veces he reflejado todo eso.
*Al inscribirte en la newsletter de El Duende, aceptas recibir comunicaciones electrónicas de El Duende que en ocasiones pueden contener publicidad o contenido patrocinado.