Ir al contenido
QUÉ HACER
El podcast de
El Duende
ESTRENOS DE CINE
El "Boyhood" chino ya está aquí
AGENDA SEMANAL
Amigos no tan inseparables
MÚSICA
Dani Fernández presenta documental
  • CREADORES
  • PLANES
  • AGENDA SEMANAL
  • RUTAS
  • EDICIÓN PAPEL
  • CREADORES
  • PLANES
  • AGENDA SEMANAL
  • RUTAS
  • EDICIÓN PAPEL
0,00€ 0 Carrito
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Daniel Brühl: la hostilidad del actor, la satisfacción del director

POR María Aller

17/12/2021

Los vecindarios han dado mucho de qué hablar en el cine desde diferentes ángulos: tan dispares desde La ventana indiscreta hasta No matarás… al vecino, pasando por La comunidad o La vida de los otros. Poner la cámara desde la mirilla da una perspectiva jugosa para la narrativa, y así es, casi, cómo se ha estrenado Daniel Brühl como director.

Su primera película, La puerta de al lado, habla sobre un actor que antes de ir a una prueba de casting pasa por el bar de siempre a revisar el texto de la prueba. Allí está Bruno, un vecino suyo al que no conoce, pero que le ha seguido la pista de cerca, como le irá exponiendo en su conversación.

Con este trabajo, escrito a la par junto a Daniel Kehlmann, Brühl hace una catarsis de su profesión. Su protagonista se llama Dani pero como él mismo asegura, «Aunque tenga que ver tanto conmigo, ni siquiera es una versión mía. Es un tío pedante, un poco estúpido, pero aquí se ve como un ser humano, y eso es lo que me interesaba: quería cierta empatía para mostrar todas esas capas», comenta.

El protagonista es actor, pero Brühl de lo que quería hablar realmente era de otro punto que le lleva afectando tiempo: el de la gentrificación, algo que considera más personal. Vive en Berlín desde hace más de veinte años y a su alrededor ve a gente que se siente engañada por el sistema y por los cambios brutales que ha habido en su vida. «Siempre busco el diálogo con los vecinos del Este porque me siento como un privilegiado debido a que el mundo me puso en el Oeste», dice.

Al personaje de Bruno (Peter Kurth) la vida no le ha resultado fácil. «Está bien que los dos se nivelen. Al fin y al cabo es importante que hablen«. Lo que ha buscado es un carácter de concordia, «no sé si se nota«, manifiesta, «aunque también veía interesante que un desconocido te abra los ojos».

Brühl, cuya filmografía contiene los títulos de Good Bye, Lenin, Salvador (Puig Antich) o Capitán América: Civil War, tuvo dudas sobre si convertir a su protagonista en actor también. Finalmente así lo hizo, dado que al ser un primer trabajo prefería tirar por algo que conociera bien. Con su película ahonda en esa costumbre de los intérpretes que exponen en redes sus supuestas vidas perfectas, alimentando esa superficialidad de la fama. Como él mismo asegura, muchos se pierden en esa imagen. «Me llama la atención el morbo de descubrir todos los detalles de la gente. Todo eso me resulta raro. Yo he caído también porque estoy en Instagram, pero hay que guardar cierto misterio. No puedes exponerlo todo. Si lo haces al ver una película ya se piensa ‘Mira, ese actor ha tenido un hijo, se ha divorciado, etc.’, y eso me despista. También me fascina las ganas de muchos de querer saberlo todo y llegar a acosar a la gente. Yo no soy Johnny Depp o Brad Pitt y me han pasado esas cosas, aunque por suerte no tengo ningún vecino como Bruno, pero he vivido alguna situación violenta, y si esto lo tienes permanentemente es difícil mantener tu salud y tu normalidad», admite.

Brühl, hijo de alemán y española, que ha conocido producciones de varios países, es el ejemplo de ciudadano del mundo. Con La puerta de al lado habla de la honestidad y busca el diálogo: entre el este y el oeste, entre el famoso y el anónimo, entre Hollywood y la pequeña industria. No obstante, reconoce que es un mal momento para sentarse a hablar. «Estamos en un ambiente muy envenenado. A nivel mundial aumentan los conflictos locales y los mensajes facilones populistas agrandan esa atmósfera xenófoba y hostil, y eso también ha causado el hecho de que, tras tanto tiempo de la caída del muro, estamos más divididos que nunca», indica.

Al Daniel ficticio toparse con su verdad le crea hostilidad. Al Daniel real, este proceso catártico que es la dirección le ha proporcionado una gran satisfacción: «He aprendido que como actor me voy a callar», revela. «Ser el capitán del barco ha sido muy bonito, estoy contento de que no se haya hundido. Creo que, a los actores, tarde o temprano, les apetece contar su propia historia a su manera y tener toda la influencia. No me considero director pero si me dejan dirigir algo más, estaré encantado».

La puerta de al lado, se estrena el 19 de noviembre.

Más articulos

VER TODOS

La belleza del mecanismo. Colección Austral

POR Diana Hernández

La Oca Selezione. Un clásico en la vanguardia

POR Tomi Aguirre

IED. Creatividad, compromiso y transformación

Editorial 199: El poso del recuerdo

POR Rubén Arribas

  • CREADORES
  • PLANES
  • AGENDA SEMANAL
  • RUTAS
  • EDICIÓN PAPEL
  • CREADORES
  • PLANES
  • AGENDA SEMANAL
  • RUTAS
  • EDICIÓN PAPEL
  • Hemeroteca
  • Duendemad
  • Hemeroteca
  • Duendemad
  • POLÍTICA DE PRIVACIDAD/COOKIES
  • SOBRE NOSOTROS
  • DÓNDE ENCONTRARNOS
  • PUBLICIDAD
  • Kit Digital
  • SOBRE NOSOTROS
  • DÓNDE ENCONTRARNOS
  • PUBLICIDAD
  • Kit Digital
  • AVISO LEGAL
  • INSTAGRAM
  • TWITTER
  • FACEBOOK
  • YOUTUBE
  • INSTAGRAM
  • TWITTER
  • FACEBOOK
  • YOUTUBE
  • © GRUPO DUENDE 2023

Suscríbete a la newsletter de El Duende

*Al inscribirte en la newsletter de El Duende, aceptas recibir comunicaciones electrónicas de El Duende que en ocasiones pueden contener publicidad o contenido patrocinado.

  • © GRUPO DUENDE 2023
  • POLÍTICA DE PRIVACIDAD
  • AVISO LEGAL
  • Creadores
  • Planes
  • Agenda Semanal
  • Rutas
  • Edición papel
  • Creadores
  • Planes
  • Agenda Semanal
  • Rutas
  • Edición papel
  • Mi cuenta
  • Mi cesta
  • Mi cuenta
  • Mi cesta
  • INSTAGRAM
  • TWITTER
  • FACEBOOK
  • YOUTUBE
  • INSTAGRAM
  • TWITTER
  • FACEBOOK
  • YOUTUBE