El potencial que tienen las imágenes y las historias para cambiar las perspectivas es tremendo, y eso es algo que sabe bien Marta García Larriu, creadora y directora del Another Way Film Festival (AWFF), el festival de cine sobre desarrollo sostenible que este año tendrá su séptima edición (del 21 al 28 de octubre), que inaugura un nuevo concurso de “Guiones por el cambio”
¿Cuándo tomaste conciencia de que debías dar un paso al frente y adentrarte en el territorio de la sostenibilidad?
Hay dos acontecimientos específicos que me empujaron. Uno fue mi visita a las islas de Kuna Yala, un auténtico paraíso en Panamá en el que me encontré un mar triste, azotado por el coral blanco y por el problema del plástico. El otro, cuando volví a España tras vivir doce años fuera y quise llevar a mis sobrinas a coger cangrejos en el espigón de la playa a la que iba de pequeña. Mi sorpresa al llegar fue que no había ni uno. Entonces les propuse ir por la orilla a coger conchas con agujerito para hacer un collar, y me di cuenta de que tampoco había. Ahí decidí que tenía que hacer algo.
¿Cómo afrontas este compromiso en tu vida?
Día a día, con mucha curiosidad para no caer en el enfado y la frustración. Estoy obsesionada con tratar de entender de dónde nos viene la desconexión con la naturaleza, ya que somos entes vivos, pertenecientes a ella. Estoy investigando a través de la ecología, de la espiritualidad… Me fascina este fenómeno porque creo que tiene varias capas. Luego también intento cambiar hábitos personales diarios: consumir menos, llevar una alimentación coherente… Es un camino largo.
¿Alguna máxima que sigas?
Me acuerdo mucho de Ana Echenique, vicepresidenta de la Confederación Española de consumidores y usuarios (CECU), que vino a AWFF y dijo algo que me quedó grabado: “Si tienes más de cinco incoherencias tienes camino por mejorar, y si tienes menos de tres, estás mintiendo”. Esas palabras me permitieron hacer las paces con todo para vivir en coherencia, pese a vivir en el centro de Madrid y esas cosas.
Parece que la pandemia ha puesto el tema medioambiental de nuevo en un primer plano, ¿crees que saldremos de esta mejores?
A mi alrededor estoy viendo a personas que han decidido cambiar su rumbo laboral. Creo que el incentivo financiero de Europa está consiguiendo arrastrar a mucha gente en esa dirección, y eso es bueno, aunque lo digo no sin miedo de que se esté haciendo demasiado rápido o de manera superficial. Parece que hemos descubierto el modo de vida que necesitamos. Creo que el cuidado del planeta empieza por el cuidado a uno mismo y a los que le rodean. Esta suma de microcambios contribuyen a un cambio social muy interesante. Seguirá habiendo personas y proyectos que primen por encima de todo el cúmulo de riqueza sin sentido e ilimitado, pero creo que sí que hay mucha gente que está dando un giro y aplaudo todas las políticas que sean un impulso hacia la sostenibilidad.
¿Qué objetivos tiene el AWFF?
Informar, educar y sensibilizar ante los retos de la crisis climática y sobre sus posibles soluciones. Algo que nos distingue de otros festivales es que las conversaciones giran en torno a las temáticas con expertos ambientales y no tanto con los cineastas sobre el proceso de creación. Todo ello teniendo en cuenta que sí que ofrecemos formaciones a cineastas, sobre todo para producir de manera más sostenible tanto en la forma como en el fondo: sus guiones, sus mensajes…
¿Qué películas recientes te han impactado o crees que son valiosas en este ámbito?
Un referente casi de culto es The inconvenient truth, que fue un documental que llegó a muchísima gente. Luego en términos de investigación y consumo, diría The true cost, cuyo estreno en España tuvo lugar en AWFF y que se puede encontrar en Netflix. Ha tenido muchísimo impacto porque es una industria extremadamente contaminante de la que no hablábamos, y mucho menos en España, incubadora del fast fashion. Yéndonos más a clásicos, Los espigadores y la espigadora, de Agnès Varda, me parece una denuncia bestial en cuanto al consumo exagerado, y un estudio fantástico siempre digno de rescate. Otra es Freightened, que explica cómo caemos en el consumo tan voraz por el transporte marítimo. Estas películas que investigan industrias de las que no podríamos imaginarnos ni una décima parte siempre me resultan muy interesantes, divulgativas y explicativas. Yo creo que hasta que como ciudadanos no entendemos bien qué está pasando y sus consecuencias, no podemos actuar. www.anotherwayff.com
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