Premio Nacional de Cómic 2018 por Estamos Todas Bien, un retrato de la España de finales del siglo XX, protagonizado por sus dos abuelas, ahora insiste con Todo bajo el sol en contarnos nuestras propias vidas en el contexto de la especulación, la crisis del turismo, la gentrificación y la transformación del paisaje.
¿Eres una dibujante nocturna o diurna?
Suelo ser bastante alemana… (risas). Soy de dedicarle siete u ocho horas, intento no trabajar los fines de semana, que no me coma esta cosa del autónomo. Hay días que termino antes y otros después. Pero intento no ser una work addict. Siempre trabajé en un estudio compartido, pero con la covid… En casa se me queda muy limitado. Y el trabajo no es solo dibujar. Leo, escribo, concebir ideas o imágenes, abocetar…
Estamos todas bien y Todo bajo el sol, insisten en entrelazar vivencias personales, familiares, con la crónica social, política e histórica…
Ya empecé en Bellas Artes con la idea de hacer un trabajo político. Descubrir las formas de representar mis ideas a través de lo cotidiano. Me lo llevo a todos los trabajos, a las personas comunes y corrientes, y desde ahí, hablar de lo macro. Tiene que ver con el feminismo, lo personal es político. Buscar los objetos, los pequeños detalles, los silencios. Busco en la cultura popular, en las pequeñas historias. Ahí se crea la cercanía. Pero en Todo bajo el sol, la familia protagonista, que puede parecer la mía, me la he inventado.
Tardaste menos que un destello en consolidar tu estilo y obtener reconocimiento. ¿Siempre quisiste ser ilustradora?
Estudié Diseño Industrial, sin pena ni gloria. Me fui a vivir a Barcelona con una amiga, el año de la crisis. Buscaba alguna actividad que me ordenara la cabeza. Yo siempre había dibujado y me apunté a un curso por las tardes en el Espai Francesca Bonnemaison. El profesor de Ilustración de la Escola de la Dona, Ignasi Blanch, es un enamorado de la Ilustración. Y lo transmitía. Y me enamoré de la Ilustración, tanto que pensé en estudiar Bellas Artes para profundizar, necesitaba una base que no tenía. Pero ya sabía que era esto lo que quería hacer. El último año ya estaba pensando en hacer portfolio. Después de ganar el Iberoamérica Ilustra 2015, en México me hicieron encargaron Mexique, el nombre del barco (Los libros del Zorro Rojo, 2017). Y en paralelo presenté Estamos todas bien al concurso Fnac/Salamandra. Así que fue a través de los concursos que empecé como profesional.
Impulso y sentido narrativo son muy intensos en tu obra ¿te consideras una ilustradora a secas?
No sé cómo definirme porque tampoco me considero una autora de cómic únicamente. No sé si narradora gráfica puede definir mi trabajo… Ilustradora porque ilustrar es, un poco, narrar… Ilustrar un texto, un cartel, crear una imagen… En ese sentido me siento ilustradora, pero también está la parte de autora de cómic. Ilustrar es lo que más he hecho, pero puede quedarse un poco corto.
¿Cómo llegas a crear tu propio estilo, tan flexible pero personal, muy tuyo, identificable…?
Me gusta el expresionismo alemán de entreguerras. Grosz, obviamente. Y tengo referentes contemporáneos, pero todo va a esta cosa expresiva, feísta, a veces naíf. Cuento cosas fuertes a través de dibujos que podrían ser infantiles. Y me gusta mucho la fotografía. Cuando empiezo un tema busco referentes fotográficos. En Todo bajo el Sol están fotógrafos como Txema Salvans o Ricardo Cases, que ha retratado la costa mediterránea desde un lugar crítico. También Cesc y su libro La Costa Brava. Y Jorge González que me ayudó con el guion. Su libro Dear Patagonia, es el referente más cercano para Todo bajo el sol, un cómic donde el territorio es el protagonista.
¿Haces mucho trabajo de campo?
Mi trabajo de campo lo hago haciendo fotos. En Todo bajo el sol fui a Cullera, fui al archivo. Visito los sitios sobre los que trabajo, las casas o los barrios, pero allí no dibujo. Lo hago sentada en mi estudio o en mi casa. Dibujando al aire libre no estoy cómoda. Cuando estoy de vacaciones me olvido de dibujar, pero no me olvido de las fotos. Este año de pandemia me pilló en el proceso de dibujo, con todo el material archivado. Encerrada con todo lo que necesitaba. Si me hubiera pillado en el proceso de guion, hubiera sido peor. anapenyas.es
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