Ana es de Sevilla, vivió en Bélgica y ahora está encantada en Madrid, “una ciudad que te acoge”, aunque actualmente vive en un pueblo en las afueras, lo que para ella solo tiene ventajas.
Se considera una profesional de la ilustración y reconoce que nunca tuvo un “boom”. Llegar, “ha sido un trabajo lento y laborioso”. Cree que España vive un momento muy bonito de apoyo a la profesión y que no debe tener complejos respecto a otros lugares, aunque destaca de Amberes que recibió muchísimo apoyo por su trabajo, donde no valoraban su CV sino lo que mostraba. Allí nació la serie Loneliness, de mujeres solas en casa: “había un miedo, aunque no era consciente, que estaba expresando, de empezar en un sitio nuevo”. Su trabajo le ha servido para conocerse mejor: “De manera natural he ido poniendo en él mucho más de mí de lo que esperaba”.
A su vuelta a Madrid había perdido el contacto con su grupo de amigas. De ahí surgió su libro Amigas: Ladies celebrating ladies, todo un alegato por la sororidad y la amistad, lanzado justo antes de la pandemia. Las imágenes eran todas de interiores. Llegó el confinamiento y se dio cuenta de que se había puesto a dibujar playas y casas pequeñas con personas muy grandes. “Me interesa mucho el mundo de los sentimientos. Cómo expresar a través de la cotidianeidad, incluso absurda, todo lo que tenemos dentro […] La tendencia está también en los sentimientos. Por ejemplo, ahora hay artistas ucranianos que están dando la vuelta a los carteles de guerra. La ilustración está donde se necesite contar cosas […] Tiene ese punto fantástico, maravilloso, ideal, surrealista e imaginativo que te permite expresar de una manera única”.
“Me encanta ilustrar artículos, es todo un reto, explorar el mundo de los rotuladores, trabajar las sombras para crear atmósferas… En lo siguiente, a lo mejor pruebo con acrílicos, pero sobre todo quiero ser mucho más abierta, que es lo que hace pasármelo bien”, comenta.
Trabaja también en publicidad: “Estudié la carrera y me gusta hacer guiños con marcas, lo tengo muy interiorizado. Me atrae el reto de contar algo para vender algo. Tengo ese punto profesional del que no me avergüenzo. Por eso me da cierto rubor la palabra artista. Me enorgullece que cuenten conmigo con mi estilo y mi lenguaje para resolver las necesidades de un cliente”.
Su próxima exposición, en la Galería Modus Operandi (Lope de Vega, 31; 24 de marzo-25 de abril) se llama Feed The Feed: “Habla de cómo las redes sociales, principalmente Instagram, han cambiado nuestra manera de mirar. Por ejemplo, cómo nos acercamos a la comida o las situaciones más cotidianas y dónde queda la intimidad. Ese esteticismo que ha entrado en nuestras vidas y cómo lo manejamos. También estoy trabajando en mi segundo libro para colorear y otra exposición para septiembre”.