Siguiendo los consejos de una adivina según la cual las palabras relacionadas con el agua traen buena suerte en la vida, Zhang Huan (An Yang, China, 1965) cambió su nombre por el del río que recorre su ciudad natal.
Hoy es posiblemente el artista chino que más ha dado que hablar dentro y fuera de su país, ha participado en exposiciones en centros de la categoría del SFMoMA, el Whitney Museum, o la 48 Bienal de Venecia, y este verano presenta su primera retrospectiva en España dentro de la programación de PHotoEspaña 07. Su cuerpo es el verdadero protagonista de su obra, un caldo de cultivo que ha sometido a situaciones extremas que le han hecho no ser muy bien recibido en su país. Su primera performance, Angel (National Art Gallery de Pekín, 26 de octubre de 1993), en la que se presentaba junto a una muñeca mientras vaciaba sobre ambos cuerpos un bote de pintura roja, le supuso una sanción por parte del museo y fue obligado a rectificar públicamente. A pesar de ello, no le gusta que le pregunten por los significados de su obra, no parece muy amigo de la crítica, ni considera que sus trabajos se caractericen por su contenido social. Sus performances se apoyan en el conocimiento del funcionamiento de la naturaleza y en la fragilidad del ser humano ante ésta; su actitud es completamente budista.
Dentro de tu obra predomina la performance, ¿qué encuentras en este medio que no encuentras en otros? La única diferencia entre la performance y otras formas de expresión es que se utiliza el propio cuerpo y es algo más sensorial que además el público puede escuchar, mirar, oler… en el mismo momento en el que se está desarrollando.
¿Qué te llevó a la performance? Muchos años antes de terminar mi primera performance (Angel, 1993), había hecho varios trabajos sobre papel y lienzo con lo que no conseguía expresar de manera directa y exacta lo que estaba buscando. Cuando empecé a utilizar mi cuerpo, sentí que por fin podía insuflar mi propia esencia en mis trabajos, me sentí más cómodo y cercano a lo que estaba haciendo.
¿Han influido en tu obra los trabajos de otros artistas? Me gustan mucho Marina Abramovic y Chris Bruden, aunque conocí sus trabajos alrededor de 1995, cuando mi trabajó ya se había orientado hacia la performance por otras razones.
Dado que la performance es algo efímero que sólo existe en un momento puntual, ¿cuál es el papel de la fotografía dentro de tu obra? Las fotografías son la documentación de la performance, y también obras de arte en sí mismas. Tengo un equipo de fotógrafos que bajo mi tutela se encargan de recoger los momentos claves de mis acciones.
El lugar donde vives aparece siempre reflejado en tu obra, en forma de matices socioculturales o de paisaje: ¿Cómo te sientes en sitios tan diferentes como Estados Unidos, Europa o China? Para mí todos los países son lo mismo en esencia. Soy y seré siempre un hombre “Glocal” [de “global” y “local”]: mi lugar está ahí donde estoy.
¿Qué opinas de la interpretación que la crítica occidental ha hecho de tus trabajos? No me interesa lo que la gente o los críticos opinen de mis trabajos. No creo que mi obra tenga, por ejemplo, ningún contenido de crítica política; son trabajos muy sencillos que simplemente reflejan la vida.
¿Crees que el arte puede cambiar algo? No, el arte no puede cambiar nada. En mi caso se trata tan solo de una forma de entretenimiento.
Últimamente has experimentado con otras técnicas como la serigrafía en trabajos como Kung Fu Suave-Fuerte de Zhang Huan, ¿cómo se explica esta ruptura con lo anterior? Son técnicas que no había utilizado antes y que me permiten conseguir matices a los que no llegaría con la performance.
¿En qué proyectos estás trabajando actualmente? Estoy trabajando con ceniza de incienso que recolectamos en los templos de culto; exactamente el material que estaba buscando: es emocionante pensar que esas cenizas recogen los deseos de miles de personas.
¿Te sientes ahora más cercano a la tradición china que antes? Sigo sintiéndome lejos de China y de la tradición china. Estoy todavía investigando. Como dijo Buda: “No estoy en esta orilla, ni en la otra, ni entremedias… entonces, ¿dónde estoy? No estoy en el pasado, ni el futuro, ni en el presente. Sólo soy yo mismo”
ZHANG HUAN · Fundación Telefónica · Hasta el 26 de agosto 2007 // *También algunas de sus obras “La invención del presente”. Casa Asia · Palacio de Miraflores · Cr. San Jerónimo, 15 · Hasta el 30 de septiembre 2007.
Txt: Luisa Espino