La labor de adaptar a nuestros días los textos clásicos es fundamental para que los comprendamos. “El origen del teatro es ya adaptación: primero se adaptó el mito, luego los trágicos se adaptaron unos a otros…”. Habla Yolanda Pallín (Madrid, 1965). Junto con su compañía, Noviembre Teatro, trae a la Abadía su versión de Noche de Reyes, dirigido por Eduardo Vasco y El malentendido, de Camus, al Valle Inclán.
No es el primer Shakespeare que monta Noviembre Teatro. No, ya habíamos hecho Hamlet. Ahora nos apetecía una comedia, y por las características del grupo, tan coral, Noche de Reyes es perfecta. Shakespeare es una gozada, la experiencia de los meses que pasas con él es increíble. Harold Bloom, uno de sus estudiosos más importantes, dice que él lleva años analizándolo y no llega más que a atisbar una mínima parte de su grandeza. Se especula con que no existiera, cosa que a mí me parece muy divertida. El caso es que hay una identidad y una unidad entre sus obras. Sea quien fuere, era extraordinariamente inteligente, un gran artista.
¿Qué tiene de actual Noche de Reyes? Trata el tema de la androginia, que es atemporal y a mí me fascina, y que creo que plantea un reto para los actores: la sutileza interpretativa. Y es que hay dos personajes enamorados de sendas personas del mismo sexo que ellos, pero piensan que son del contrario. Se relativizan el género y el amor. No sabemos cómo lo representarían en su momento, pero ahora, asumida la tradición de Stanislavski y de Chejov, sabemos que existe el subtexto, que lo que quieren decir los personajes no siempre es lo que dicen. Y estamos alerta.
Los clásicos tienen vigencia. ¿Ya está todo inventado? Todos los clásicos se pueden vincular al presente porque hay mil maneras de adaptarlos. Los dramas de honor de Calderón pueden ayudar a analizar el actual maltrato a la mujer. Es decir, que puede que haya temas que se plantean siempre, atemporales, pero en cada momento aportamos una visión nueva.
¿Por qué han ambientado Noches de Reyes en los años 20? El texto original no tiene ninguna ubicación explícita. Solo dice que la acción se desarrolla en un sitio de mar, que puede ser una isla, con su población rural pero también con dos personajes nobles. Un sitio donde se valora el buen beber y el buen comer, pero hay también una idealización de la existencia. Y pensamos que “los felices años 20” cumplen esos requisitos. Por otro lado, el vestuario de ese periodo permite mucho juego, con esos trajes largos, de noche, y obliga al actor a moverse de una manera elegante. En este caso, además, son unos trajes maravillosos que ha diseñado Lorenzo Caprile. Uno de los elementos que más ubica temporalmente es el vestuario. Sobre todo en nuestro caso, porque Eduardo Vasco trabaja con escenografías muy sobrias y sugerentes, algo con lo que yo estoy de acuerdo: menos es más. Preferimos sugerir que crear grandes atmósferas.
¿Cuál es su personaje favorito de Noche de Reyes? Malvolio es un personaje soberbio, hay analistas que dicen que él es el principal. También Sir Andrew, una de cuyas frases era la preferida de Pinter entre todas las de la historia del teatro, según dijo: “En cierta ocasión, a mí también me quisieron”. A mí también me parece una frase tremenda, lapidaria. Merece la pena detenerse a escarbar en las riquísimas expresiones de este texto.
¿Qué autores clásicos le gusta adaptar? Nuestro patrimonio del Siglo de Oro me parece insuperable. Tiene de todo. A Lope lo veo básico. Y a Calderón. Son el origen del arte nuevo. Me gusta explicarlos en mis clases en la RESAD (Real Escuela de Arte Dramático). Como a Aristóteles, cuya Poética es básica. A veces los alumnos se quejan porque insistimos demasiado sobre ella, pero es que es un texto dramático fundamental. ¡Deberían darlo a la vez que se hace la matrícula!
También ha adaptado El malentendido, de Camus. Se estrenará en unos meses en el Centro Dramático Nacional. Es un texto maravilloso que se ha interpretado muy poco, no como Calígula. En este caso, he tenido que hacer la adaptación dramática de un relato. Tengo que huir de sus palabras, a veces muy literarias, que oscurecerían una representación.
No nos podemos quejar de la cantidad de clásicos que se programan en España, ¿o sí? Creo que cada vez se hace mejor teatro clásico. Marsillach ayudó mucho. Es verdad que hubo un momento en que el verso se prosificaba demasiado en su compañía, en un esfuerzo por hacerlo más cotidiano y coloquial. Pero le quitó el polvo a lo clásico, se olvidó de la pluma en el sombrero, de la espada… Todos somos bastante herederos de él en ese sentido.
Texto: Antía Covas. Foto: Noche de Reyes.
Noche de reyes. Del 10 de octubre al 4 de noviembre. Teatro de la Abadía / El malentendido. Del 29 de enero al 3 de marzo. Teatro Valle Inclán.