Raúl Laurí se fue de Erasmus y volvió con una lámpara debajo del brazo. Pero no es una lámpara cualquiera, sino un objeto elaborado con los posos del café que le sirvió para alzarse con el primer premio de diseño en el Salón de Milán 2011. En la actualidad continúa desde su Alicante natal experimentando nuevas formas de convertir materiales cotidianos en objetos genuinos.
¿Cómo surgió la idea de aprovechar los posos del café para crear una lámpara? Surge tras la búsqueda de materias de desecho cotidianas con la intención de aprovecharlas y darle una segunda vida. El café fue el elegido por ser gran portador de experiencias y por aprovechar el enorme volumen de desechos que genera a diario, siendo la segunda mercancía comercializada en el mundo, tras el petróleo. El café no es solo una bebida para estimular y activar. Lo utilizamos como excusa para evadirnos del trabajo, para crear una mejor unión emocional entre las personas, para contar nuestros problemas, para disfrutar de su aroma, sabor y textura. Siempre acompañados.
¿Por qué precisamente una lámpara? Quería buscar un producto que formase parte de la experiencia de tomar café. La lámpara KOJI simboliza ese momento de relajación, cuando tu taza se está acabando y se queda en el fondo la espumita con la que juegas. La forma de la lámpara es similar a un tazón y su luz cambia de intensidad según la inclinación que elija el usuario. En nuestro caso el contenido es la luz, si la derramamos al ponerla boca abajo, nuestra luz se apaga.
Tus lámparas tienen incluso aroma a café. ¿Cómo puede afectar esto a la vida cotidiana? No debemos preocuparnos, que no nos quitará el sueño. Es un aroma muy suave que se puede disfrutar de él cuando estamos cerca del producto, puesto que el café ya dejó sus matices más fuertes en la taza.
Echándole un poco de imaginación, ¿a qué objeto crees que le iría bien el olor, por ejemplo, de un pan recién horneado? [Risas] El olor del pan recién hecho puede ser muy tentador, me recuerda a mi infancia cuando volvía de la panadería y no me podía resistir a darle ese pellizco a la punta de la barra. Algún objeto que queramos darle la connotación de provocador, irresistible, insinuante… como por ejemplo una joya o una prenda femenina.
¿Estás investigando sobre otros alimentos y su aplicación como material creativo? He experimentado con piel de naranja, limón… Y he obtenido muy buenos resultados. Tengo algunos materiales en fase experimental y espero conseguir su aplicación creativa.
¿Qué objetos cotidianos crees que podrían aportarnos más si se reinterpretaran creativamente? En el campo de los envases tenemos muchas alternativas, ¿quién no ha hecho un juguete con un tetra brick, o un tirachinas con una botella de agua? Creo que muchísimos envases podrían reinterpretarse para encontrar otros usos.
Orson Welles contaba que los tiempos de crisis fomentan la creatividad, ¿crees que esto es aplicable al momento en que vivimos? Estoy completamente de acuerdo, la situación actual nos obliga a repensar las cosas. Debemos cambiar la visión, reflexionar por qué hemos actuado así hasta ahora y cómo podemos mejorarlo, puesto que lo que teníamos hasta ahora “ya no vale”, ¿qué hacemos?, es una situación muy dura y nos obliga a ser creativos.
Texto: Nacho Urquijo. Foto: Lámpara Koji, por Rául Laurí.