Del barrio de Alex Trujillo, el narcotraficante más buscado por las autoridades puertorriqueñas, también salió esta pareja que nos abofetea con su música y letras contando lo que sucede en la calle. Irreverentes, elegantes, irónicos e ingeniosos y hacedores de músicas perfectamente hilvanadas a las letras. René Pérez (Residente) y Eduardo José Cabra (Visitante), Calle 13, pegan sus narices a la vida y traducen su olor en canciones “que no son Reggaeton, son música urbana”. Así lo remarca René, sin dejar de reír, cuando habla de su nuevo disco Los de atrás vienen conmigo (SONY-BMG).
Visitante y tú sois hermanastros, también os acompaña vuestra hermana Ileana. Mucho artista en la familia… El arte era una prioridad en casa porque mami hacía teatro en la calle y mi padrastro era músico. Toda mi familia hacía cosas así y creo que todo comenzó por ahí.
Dais en las narices con la realidad. Aquí en Puerto Rico lo que más ha perturbado no han sido los temas políticos sino los sexuales. Es bien gracioso. Hay mucha hipocresía en todo el mundo. Son cosas que nadie dice y cuando se dicen, se critican. Lo machacan precisamente los más perversos en lo sexual.
¿Músicos que protestan o canalizadores de lo que pasa? Nuestra música no es de protesta. Retratamos lo que pasa alrededor, agarrando todos los universos sociales. No contamos una historia triste de que venimos del barrio.
¿Hoy le importan los mensajes a la gente? Escuchan y les importan, otra cosa es que se trabaje para mejorar; hace falta que se convierta en un movimiento para cambiarlo. Tampoco he escuchado a muchos artistas que den el mensaje y que la gente se ponga a trabajar.
Las letras son irreverentes y elegantes. Sale de la necesidad de comunicarse con todo el mundo. La masa no tiene acceso a un montón de cosas que los sectores que han estudiado sí. Entonces todo sale con la inquietud de hacer una mezcla de las cosas, ser elegante e irreverente.
Tocáis también temas triviales. Los hay que tienen rima interesante, que son graciosos, que están hechos para bailarlos y aunque sean triviales siempre meto dos o tres frases que te pueden dar.
¿Otras fuentes de inspiración además de la calle? Lo que más me gusta es ver cine y escribir. Me gusta Julio Medem. Leo por fragmentos, hace tiempo que no me leo un libro completo. Soy inquieto, no puedo concentrarme, tengo déficit de atención y cualquier ruido me distrae, menos cuando escribo, que me meto por completo en la película.
¿Vuestras letras entrarían en una estructura pop-rock? Pop es lo que llega a las masas y Atrévete lo fue, aunque la estructura no era pop. Me dijeron que hiciera estribillos cortos, no lo hice y mira si pegó. Hacemos lo que nos gusta, pensamos en comunicar con la masa, que lo entienda y que no se quede en un sector intelectual; hacer algo de calidad y que llegue a los barrios. El Rap te da la oportunidad de hablar más por tiempo, eso te da la ventaja de poder contar más cosas.
Vais haciendo un mapa con los artistas con los que colaboráis con intención artística, pero ¿es también una estrategia para abriros la puerta en sus países? Admirábamos a todos con los que hemos colaborado incluso antes de que existiera Calle 13. Como excusa hemos dicho, vamos a entrar a este país, vamos a colaborar con este artista, y lo buscamos. Se va convirtiendo en un mapa.
Ésta será la primera vez que tocáis en Madrid. Es una ciudad chévere y la gente tiene apertura a las cosas nuevas. No tenemos miedo, queremos tocar allí y que vean que Calle 13 es una banda, que hay mucha alegría. Se pegó Atrévete en la que utilizamos el reggaeton para burlarnos de la gente que no le gusta y, de repente, nos convertimos en un grupo de reggaeton, ¡pero qué es esto!
¿Os gusta que os remezclen? Me gusta cuando un remix iguala a la canción o queda mejor, pero todavía no la he escuchado. No me gusta cuando sin permiso le ponen un nombre como si hubieran colaborado conmigo. Pasó con un tipo de reggaeton que agarró un tema, pegó en Colombia y en más paises y en la radio lo ponían como lo nuevo de Calle 13. Estaba tan mal que me daba vergüenza que la gente pensara que era nuestro. No fue un remix sino un plagio, imitó mi voz y veinte cosas. Estuvo gracioso.
¿A qué huelen los mundos de vuestras canciones? ¡Diablos! Es bien difícil. Olerían a comida, a sudor mezclado con el olor de la brea cuando llueve y se seca, ese olor como a calle.
¿El mejor olor? Me gustan muchos, pero me quedo con el sudor de mi novia cuando no está tan fuerte.
¿Y detestas? El olor a basura. Lo que huele bien mal es lo que le decimos abombao, que es cuando la ropa se queda húmeda.
¿Y de tu infancia? El olor de mi mamá, el de su piel, su cuerpo; olía bien.
¿A qué huele el éxito? No sé…a un pastel bien rico.
Texto: Mónica Caballero