Existen escritores ágiles, trepidantes, que saben narrarnos la vida acudiendo al sustrato, a la esencia, y utilizando una amplia diversidad de estilos (poesía, narrativa, cuento, diario y ensayo). José Carlos Llop (Palma de Mallorca, 1958) pertenece a esta estirpe. Con veinticinco libros publicados, su reconocimiento ha sido mayor en el extranjero, en Francia le adoran y en Alemania alaban su talento. Con su última novela, En la ciudad sumergida (RBA), nos desvela los secretos de Palma de Mallorca en la década de los 70, una época de esplendor, donde los artistas (Miquel Barceló, Joan Miró, Jean Seberg, Borges entre otros) campaban a sus anchas.
Mallorca ha tenido gran magnetismo con artistas. ¿En qué cree que puede residir ese poder cautivador? El poder cautivador de las islas suele tener un influjo superior en los continentales que en los insulares. Para nosotros es un destino.
¿En la ciudad sumergida combina ficción con realidad histórica? Está entre el libro de viajes -el libro de una ciudad y sobre una ciudad- y lo que hoy en día han bautizado como ‘Non Fiction’. Pero créame: se lee como una novela.
No sé si ha visto la película Yo de Rafa Cortés ¿Considera que hay algo especial, mágico, en los habitantes de las islas?¿Establece alguna diferencia con los menorquines o los ibicencos? La he visto y me gustó. Incluso escribí un artículo sobre ella. Pero yo no hablaría de magia, sino de tiempo. Del tiempo detenido en una balsa. Respecto a si somos diferentes, claro que lo somos. Esto de los baleares es un invento político-administrativo.
¿Considera que las islas hacen fluir más la creatividad? Algo de eso debe de haber. Piense en Irlanda o en Sicilia, por ejemplo. Tal vez el arte también sea una forma de emigración, no sé.
¿Qué personajes extranjeros han marcado o impregnado su identidad en Palma? Han pasado bastantes pero existe cierta impermeabilidad etnológica. Tal vez el archiduque Luis Salvador de Austria…
Por aquí han pasado diferentes culturas. La memoria está ahí. ¿Necesitamos que nos lo narren para darnos cuenta? Siempre necesitamos que nos narren para encontrarnos con nosotros mismos.
Por su propia experiencia, ¿es cierto que uno triunfa más fuera que en su tierra? ¿Cómo se siente tratado y considerado en Mallorca? Nunca he buscado más triunfo que el de la escritura. Me refiero a escribir bien; lo mejor que pueda hacerlo y siempre que quiera hacerlo. Éste es el verdadero triunfo del escritor. Lo demás es circunstancial; como son los regalos. La vida te hacer regalos a veces y yo tengo bastantes lectores en Mallorca.
El agua como elemento fundamental de la isla. ¿Cómo afecta a sus personajes? ¿Se ve reflejada el agua en su novela? El agua es fundamental en una doble vertiente. El mar limita toda experiencia, dice un verso de Walcott, y es cierto. Pero también la enriquece. El mar es nuestra imposibilidad y nuestro pasaporte. Y luego está el agua, la vida.
Texto: Andrés Castaño