El arte, y la inspiración que nos lleva hasta el arte, es moneda de cambio. Pero también los cómics, que nacieron encadenados a la industria editorial, han dado artistas como Joe Kubert, uno de los máximos representantes de la industria norteamericana.
Este neoyorquino nos visitó durante el reciente XV Salón Internacional de Cómic de Granada, en donde se llevó a cabo el Primer Encuentro Profesional del Cómic. En este último, disfrutamos de la sabiduría que le han dado sus mas de 70 años como historietista, pero también de su experiencia como fundador y todavía director de la Joe Kubert’s School of Cartoon and Graphic Art.
¿Cómo se aprende este arte? ¿Y como se llega a profesional del cómic? Uno debe ser a la vez artista y además aprender a ser profesional. Si un joven solo pretende ser un artista libre, que se expresa como quiere, que decide lo que le gusta y lo que no, así no podrá ganarse la vida. El reto es comprender que eres libre de expresarte como quieras pero tienes responsabilidades. Porque también quien te contrata tiene responsabilidades. Si un artista no termina en la fecha acordada, el problema no es solo para él, sino también para el que lo ha contratado. La profesionalidad consiste en combinar ambas cosas. Y es un desafío. Hay que pelear constantemente por algo que no es natural. No es natural forzar la creatividad.
¿Cuándo se empezó a darle a su trabajo un valor objetivo que le otorgó la consideración de arte? ¿Quién puede decir lo que es arte y lo que no lo es? Cuando veo a alguien que hace, aunque solo sea cavar un pozo… Si hace lo que le gusta, lo hace de manera ágil, lo hace bien… Eso puede ser arte. Eso es un artista. Los que nos dedicamos a este trabajo, nos dedicamos a contar una historia con dibujos. El arte de la profesión consiste en eso, en saber contar la historia. No me considero un artista, me considero un dibujante. Lo que ahora se llama arte, antes era una basura. Nadie estaba interesado en leer cómics. Si le regalabas a alguien el mejor, ¡aunque fuese maravilloso! Lo tiraban y decían que era basura para niños. Sin embargo, hoy día se venden por muchísimo dinero.
¿Ha encontrado la forma de enseñar a otros como encontrar la inspiración? No tengo idea de qué inspira a otras personas para dibujar. Y no se por qué se convirtió en una parte tan importante de mi vida. Sé que debo dibujar. Sé que no podría hacer muchas cosas si no fuera dibujando. ¿He aprendido mucho a lo largo de estos años? ¿Después de 70 años. ¡Eso espero! Me di cuenta de que cada pequeña cosa es un reto. Puesto que cada una intento hacerla mejor que la anterior. Si voy cubriendo estos pequeños pasos, siento que lo estoy logrando. Y esto es muy gratificante y muy satisfactorio personalmente. Si a alguien le gusta mi trabajo, me hace sentir bien y contento. Y si no le gusta… pues lo siento, porque así es como yo lo hago. Creo que soy el mejor juez de mi trabajo porque sé lo que estoy intentando hacer. Sigo dibujando, lo sigo intentando. Tengo suerte porque que me piden que siga trabajando y siguen queriendo publicar mis trabajos. Soy una persona muy afortunada.
Texto: Christian Osuna
Foto: (arriba) Joe Kubert en su clase, 1978), (abajo) mesa de trabajo de Joe Kubert.