Tamautropos, caleidoscopios, cámaras oscuras, trampantojos… Palabras mágicas, objetos preciosos creados para mirar y remirar la realidad y reinterpretarla. Estos inventos visuales, junto a más de cuarenta obras de artistas contemporáneos, conforman la exposición “Máquinas de mirar (o cómo se originan las imágenes)” que estará hasta el 10 de enero de 2010 en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), en Sevilla. Dos de sus comisarias, Eva Schmidz y Nike Bätzner, intentan desentrañar algunos de los misterios de esta muestra, tal y como ellas la miran y además la ven.
¿Cómo se originan las imágenes? De eso sabe mucho el cineasta alemán Werner Nekes, que comenzó a coleccionar artilugios como, espejos deformantes, linternas mágicas, anaformismos y un sinfín de objetos e imágenes precursoras del cine, con la idea de poder explicar a sus alumnos de la Universidad de Hamburgo cómo se creaba una imagen en movimiento. Su curiosidad, convertida en pasión, le ha hecho poseedor de entre 30.000 y 35.000 objetos que hoy forman parte de la mejor colección de la prehistoria del cine. Ahora 200 de ellos forman parte de la exposición “Máquinas de mirar (o cómo se originan las imágenes)”. Pero, no sólo esos objetos son los protagonistas de la muestra. En paralelo a esta historia material de aparatos, juegos, imágenes y tratados teóricos, se puede disfrutar de una selección de trabajos de cuarenta y cinco artistas internacionales contemporáneos, uniéndose así en una reflexión sobre el origen de la producción de las imágenes.
Eva Schmidt, comisaria de esta exposición y directora del Kunstmuseum en Siegen, Alemania, cuenta que la idea de combinar la colección de Werner Nekes con el arte contemporáneo actual surgió al observar que: “cuando se ponen en diálogo los objetos históricos de la colección con los trabajos de arte contemporáneo encontramos una respuesta muy interesante sobre qué es el arte contemporáneo en contraste con los medios históricos pre-cinematográficos”. Para la comisaria Nike Bätzner, aunque: “el encanto de los medios antiguos de comunicación consistía en la capacidad para asombrarnos, para sorprendernos con imágenes poéticas no existe una jerarquía entre los viejos y los nuevos medios de producción de imágenes porque muchos artistas pueden usarlos en paralelo o combinarlos en su trabajo, como hace William Kentridge. Ambos, las obras de los artistas y los aparatos históricos son “Máquinas de mirar” porque hacen posible la visibilidad de la imagen y reflexionan sobre las condiciones de su producción”. Así, en esta muestra el espectador podrá ver estas reflexiones convertidas en obras de artistas como Olafur Eliasson, Thomas Ruff, Robert Smithson o los españoles Eulàlia Valldosera y Sergio Belinchón, todos ellos jugando, combinando y eligiendo la técnica de su discurso artístico entre infinitas posibilidades visuales. El criterio de selección de los artistas, explica Nike: “se centró en el periodo transcurrido desde mediados del siglo veinte, porque el concepto y la idea del arte cambió en ese momento. Las fronteras entre el arte y la ciencia, el arte y el juego o el arte y la vida se volvieron permeables. Los artistas que participan en esta exposición reflejan en sus trabajos la correlación entre la ficción y la realidad, la intercomunicación entre visión e ilusión”.
Para participar activamente y recuperar la capacidad de asombro esta muestra sorprende además con un programa didáctico y visitas guiadas: “el público puede jugar con una Zoetrope, así como con una instalación de ordenador interactiva. Todo esto forma parte de las proyecciones de espejos y teatros de sombras, dice Nike Bätzner, además podrán verse desde libros históricos muy delicados hasta cajas de cartón transformadas en cámaras oscuras con sofisticados arreglos experimentales. La exposición, sigue el concepto de un “Wunderkammer” “un gabinete de curiosidades que permite nuevos conocimientos y experiencias por la coexistencia de cosas varias de diferentes categorías”.
“Máquinas de mirar” lanza un envite a nuestra forma de ver y de percibir y nos invita a recuperar la ilusión visual perdida en un mundo completamente dominado por la imagen, a dejarse asombrar por una forma chinesca, por un retrato caleidoscópico de la realidad, por un juego, entre tecnológico y de manualidades, a abrir los ojos como platos y a comprender que no importa cómo volver a dejarse envolver por la magia de las imágenes, porque el truco está en dejarse sorprender.
Texto: Laura Corpa
Fotos: (arriba) Joseph Plateau, Anortoscopio, París, 1836, con litografías de colores impregnadas en aceite para hacerlas transparentes; (sumario) Hans Peter Feldmann, Zwei Mädchen, 1999.
“Maquinas de mirar”
Centro Andaluz de Arte Contemporáneo · Monasterio de Santa María de las Cuevas. Av. Américo Vespucio, nº 2. Isla de la Cartuja, Sevilla · Hasta el 10 de enero de 2010 · www.maquinasdemirar.es