Apenas catorce meses después de la desaparición del maestro del Albaicin las esencias cardinales de Los Planetas y Lagartija Nick mutan de Discípulos a Evangelistas para sacar su Homenaje a Morente: un disco con doce versiones de gran intensidad y misticismo escogidas de los versículos más apócrifos del evangelio de Enrique Morente.
Los cuatro apóstoles morentinos son J, Florent, Eric y Antonio Arias, o lo que es lo mismo, Los Planetas y Lagartija Nick; formaciones granadinas amigas con más de 20 lanzamientos discográficos a sus espaldas, imprescindibles a la hora de entender la historia de nuestro rock y responsables de algunos de los himnos generacionales más importantes del pop español de los 90. Ahí es nada. Amigos y admiradores de Enrique Morente, cuya mente innovó el flamenco y con el que colaboraron en numerosas ocasiones, cuentan con la participación en este proyecto de la familia y entorno más directo del cantaor.
Llevan todo el día de entrevistas, son las 18:40 h. y soy el penúltimo. El ambiente está ya muy cargado y ellos también. J, parco en palabras, no se sienta en un principio y deambula al margen, Antonio Arias se muestra irónico y bromista, y menos trascendente de lo habitual, Florent atento y diligente y Eric, responsable de la percusión en numerosos trabajos de ambas formaciones, es el que lleva el ritmo y compás de la entrevista. Hablamos de flamenco y de pop, o tal vez de lo mismo, porque como dice J “el flamenco es cultura pop, la cultura popular de toda la vida”. Pero también de músicos y de música, de amistad y de juergas, de Granada, y ante todo de pérdida, de ausencia y de presencia. Todo acompañado de mucho humo, papelillos y copas. Como manda la tradición y el mito.
Comienza Eric hablando de esa labor evangelizadora. “Predicamos su obra. Mucha gente conoce su manera de cantar, al cantaor, pero no tanto sus canciones. Lo hacemos con gran admiración, respeto y todo el cariño que le teníamos como persona. Lo hemos hecho y sentido como si él hubiera estado en todo momento”.
Todo empezó para un directo en La Noche Blanca del Flamenco de Córdoba que homenajeaba e Enrique Morente. La acogida fue excelente. Después en Sacromonte, en Granada, y después al estudio. La selección final ni es obvia en el cancionero del maestro ni son canciones de fácil escucha. Nos lo cuenta Antonio “Todo nace de algo muy sencillo. Luego las canciones se escogieron de manera muy natural e instintiva. Eran las que más escuchábamos y nos gustaban. Si es pronto o tarde, no lo sé. Es una manera de que no se muera, de suplir su falta, de espantar los males”.
A finales de 1996, Lagartija Nick y Enrique Morente lanzaban el fundamental Omega, un disco de culto que acercaba el rock y el flamenco. “Si Omega tardó diez años, no nos extrañaría que este tardara quince”, comenta Eric, batería en aquel disco. “Tarde o temprano, el que se haya acercado a Morente lo va a tener que hacer porque es capital, primordial; esto es una cosa más”, agrega Antonio. Y Florent concluye: “no entendemos el arte como algo de consumo inmediato sino que tendrá su propia vida en el tiempo”.
Tal vez la referencia a Omega más rotunda en este disco sea Delante de mi Madre, unas seguirillas realmente conmovedoras a las que pone voz la cantaora Carmen Linares y que, como cuenta Antonio Arias, se registraron en una sola toma y en directo, siendo uno de los momentos más emocionantes de la grabación. Nos cuenta Florent su método de trabajo: “partimos de la experimentación, de buscar la atmósfera, la cadencia, no está escrito y no sabemos lo que va a pasar. Esa es la magia de la música. Juntarse cuatro personas y que fluya la inspiración en ese punto de unión del rock oscuro y del flamenco ortodoxo”.
Aurora Carbonell (La Pelota), alma y compañera de Enrique, es la autora de la portada del disco, que forma parte de una serie de cuadros de su autoría, y Soleá Morente, la hija menor, pone su voz a Yo poeta decadente, toda una declaración de principios del disco, y a La estrella; un himno de Morente muy popular y que tanto J como Antonio reconocen como el tema que más les cuesta interpretar en directo.
Lo cuenta Antonio, “Soleá cumple un papel fundamental y trascendental. La conocemos desde chiquitillos. Y esa relación la hemos mantenido siempre. A Enrique te acercas por la admiración y quieres trabajar con él y entre los cientos que querían nos eligió a nosotros y estamos muy orgullosos de que su familia nos haya aceptado. Si yo conozco algo del flamenco es porque me lo ha enseñado él”. Para J: “esto es también una responsabilidad porque los temas no son nuestros, hay mucho respeto y es material delicado”.
El disco cuenta con una producción de lujo en las manos de Martin “Youth” Glover, bajista de Killing Joke, que ha trabajado con grupos como U2 o Depeche Mode. El sonido te absorbe en ese halo de solemnidad y misticismo, de densidad y desasosiego. Afincado también en Granada, para Antonio Arias era cuestión de tiempo, un encuentro inevitable. Y es que Granada y el Albaicín es para ellos mucho más que un lugar donde se nace o donde se vive. “Granadidismo en los genes” lo llama Eric. “Todos conocemos los sabores, los olores y lo que se palpa allí, y eso tiene que salir por algún lado. En el fondo es un disco muy granadino”. Y uno se pregunta si vendemos bien a nuestros genios fuera. Pese a todos los premios y reconocimientos que ha tenido la figura de Morente, para Eric el problema es que “fuera se vende el flamenco pero no se vende al artista. Les da igual, vas a un club de chinos y te pueden cambiar a José Mercé por Fosforito…” Antonio no entiende eso de un artista flamenco… ¿y si quitas lo de flamenco y miras solo lo del artista?
En un número dedicado a la memoria no podía faltar un recuerdo al maestro. Florent le recuerda como una persona muy entrañable, y como artista, como un verdadero genio, aunque “definirle es como poner vallas al campo”. Eric rememora una noche a las cinco de la mañana, “se vino a mi casa y le pregunté, ‘¿teniendo ese pedazo de casa y te tienes que venir a la mía?’ Entonces se puso a cantarme, hasta que le dije; ‘por favor Enrique, es que estás cantando fatal’. Eso sí, cuando querías que cantara nunca lo hacía, y cuando ponía prohibido el cante, cantaba para dar por culo. Me quedo con esas tertulias de 5 de la mañana a 5 de la tarde. Antonio Arias se queda sobre todo con la experiencia de tocar con él en directo con él y “salir con él, porque volver no volvíamos”. ¿Y tú, J? Con todo lo que han dicho ellos.
Texto: Rubén Arribas. Foto: Juan José Romero.