El cine español está cambiando. El señor y Diamond Flash, películas autoproducidas que están sentando precedente en el mundo de la cultura más underground, sólo se pueden ver online. Hablamos con sus creadores, Juan Cavestany y Carlos Vermut, para que nos expliquen qué hacen un dramaturgo y un dibujante de cómic dirigiendo películas en unos momentos tan inciertos para la industria.
La historia comienza con unos muñequitos de Playmobil. El director de la aclamada obra de teatro Urtain, Juan Cavestany, tenía una idea rondándole por la cabeza desde hacía tiempo. En ella, un señor se organizaba su propio cumpleaños y los invitados a la fiesta eran ellos, los pequeños Clicks de la sonrisa pintada y los brazos articulados. Cavestany quería convertir esa historia en una película pero sabía que nadie se la produciría. Llamó a su amigo Luis Bermejo, viejo amigo y conocido del teatro, y le habló de su personaje solitario, de los Playmobil, de aquella extraña celebración. Pocos días después se juntaron para rodarla con la cámara casera HD de Cavestany, un presupuesto de guerrilla (lo que les costó comer durante los meses que duró el rodaje) y un tercer elemento indispensable: ganas de hacer cine. El resultado –también postproducido por Cavestany– fue El señor, un mediometraje que se puede ver online (www.comprar-elseñor.es) y que ha recibido el aplauso unánime de la crítica como continuación lógica a la primera película autoproducida por el director, Dispongo de barcos. “El señor nace de las ganas de no parar, de no esperar y de hacer lo que sé”, nos cuenta Cavestany. “Rodé con Luis la escena del cumpleaños y enseguida hubo sintonía, nos hipnotizó tanto este personaje perdido –un reflejo de la desesperanza que en estos momentos sentimos todos–, que tuvimos que seguir rodando”.
El dibujante de cómics Carlos Vermut (El Banyan Rojo) no había visto El señor cuando decidió invertir los 20.000 euros que había ahorrado en su ópera prima Diamond Flash, pero sí que había visto la primera película de Cavestany. “Cuando conocí a Juan en Abycine, le dije una cosa que es verdad, y es que Dispongo de barcos había sido un referente para mí –nos explica Vermut–, como otras pelis independientes de los últimos años, por ejemplo, Los materiales, del colectivo Los hijos”. A primera vista, Diamond Flash –estrenada, tras su paso por festivales, en Filmin el 8 de junio–, poco tiene que ver con El señor.
El señor
El salto al largometraje de Carlos Vermut –atrás quedan sus cortos Maquetas o Michirones– es un filme de más de dos horas de duración que explora los márgenes de la ficción apostando fuerte por sus personajes. “Diamond Flash es Santo vs. las mujeres vampiro –cuenta Vermut–, es una película que ya existe y narra cómo El santo, un personaje de lucha mexicana, rescata a unas niñas secuestradas por las mujeres vampiro”. La singularidad de Diamond Flash, lo que la ha convertido en una de las más valientes apuestas de estos últimos años, es otra: “A mí, como lector de cómic, siempre me ha interesado más la movida que Spider Man, por ejemplo, tenía con su novia, que las partes en las que se peleaba”. Esa filia, trasladada al cine, explica su marciano experimento, un retablo de personajes cuyos potentísimos diálogos oscilan entre el thriller, la acción, el drama y la comedia, derivando en un cóctel de géneros como jamás hemos visto en el cine español. “En Diamond Flash ocurre lo contrario a lo que sucede en los cómics de superhéroes, aquí las protagonistas son las mujeres y el superhéroe es la excusa. Yo lo que quiero saber es qué pasa cuando te ha salvado un superhéroe, ¿cómo te quedas? ¿qué pasa después?”, explica Vermut. El resultado, según Juan Cavestany, “es insólito, de una escritura dramática impresionante”.
“Cuando aparecen propuestas que no tienen que rendir cuentas a nadie, porque se las han costeado sus directores, como Los materiales, Dispongo de barcos o El señor, notas que existe algo que las une, que las hermana”, reflexiona Vermut. Es lo que se ha empezado a conocer como Cine Low Cost y no es una opción sino más bien una imposición. De la crisis económica y de una industria del cine español estancada y cada vez más conservadora, por miedo a perder las subvenciones. “Ante esto, podemos llorar y quejarnos o seguir haciendo películas”, sigue el director de Diamond Flash. Queda claro qué opción han escogido Carlos Vermut y Juan Cavestany. Tienen internet y los Playmobil de su lado, aunque se han dejado los ahorros por el camino. Pero han hecho las películas que querían hacer. Cuando les preguntamos por qué, la respuesta es una: “Por ganas y por amor al cine”.
Texto: Andrea G. Bermejo.