César Lucas (Ávila, 1941) ha retratado magistralmente a una ingente cantidad de personajes públicos y a un buen pellizco de la infantería ciudadana de España, durante la Transición y a lo largo de buena parte de nuestra joven democracia. Y sí, fue él quien inmortalizó a Marisol desnuda, y así, sin saberlo, parió el símbolo de la conquista de las libertades al final de la dictadura de Franco. Y sí, también es suya la foto de un niño a hombros de su padre en una manifestación de los años setenta, que para el chaval sirvió de pasaporte a la posteridad. En sus inicios, Lucas colaboró con Life. Luego firmó unas cien portadas de Interviú y estuvo en la fundación de El País.
Se te considera el fotógrafo de la Transición. ¿Hay alguna foto de la que te enorgullezcas especialmente? De todas. Son mis hijas. Además, a veces las preferencias no están exactamente relacionadas con la calidad de la foto, sino con la emoción del momento en que el que la saqué o con el cariño que tengo o tenía a la persona a quien se la hice.
Ya estarás harto de que te pregunten por la foto de Marisol… Bueno, no. Me gusta hablar de ella, es muy especial. Nadie, ni mucho menos yo, podía sospechar que cuarenta años después de haberla hecho no sólo seguiríamos hablando de ella, si no que adquiriría cada vez una mayor textura, más connotaciones.
De las fotografías que hizo en aquella época, un buen puñado tiene como protagonistas a políticos. ¿Preferías dispararles mientras ellos hacían algo (daban un mitin, saludaban a alguien…) o les pedías que posaran para ti? Yo no quería fotos estáticas, de políticos metidos en un despacho. No me gusta el oficialismo. Quería fotos que retratasen la espontaneidad de esas personas. Es difícil lograr ese tipo de imágenes, pero yo me ganaba su confianza para que me permitiesen acompañarlos en sus quehaceres, y al tener más intimidad, las conseguía. No obstante, tengo muy buenas fotos de políticos en ambas situaciones.
¿Cómo se gana uno su confianza? Respetándolos. Es una palabra que se está perdiendo, pero es la única que puede abrir la puerta de la confianza. Yo me dirigía a ellos con educación.
Desde entonces, hasta hoy, ¿cómo ha evolucionado el fotoperiodismo? Ha ido a peor. Ya no hay grandes reportajes fotográficos, no se les concede importancia. El fotoperiodismo siempre ha sufrido el desinterés de los directores de los medios. Le dije (en broma) a muchos compañeros fotógrafos que si un día quieren esconderse del director de su medio, el mejor sitio es una exposición de fotografía. Cuando el fotógrafo se reúne con sus directores para hablar de un trabajo en proyecto, lo normal es que le digan: “haz lo que quieras, yo no sé nada de fotografía”. Además de que no existe buena formación en fotoperiodismo (cuando se contrata a un fotógrafo, no se exige calidad), la profesión está infravalorada. El fotoperiodista es el auxiliar. Cuando se publica un reportaje en un medio y queda bien, se felicita al redactor, pero rara vez se felicita al fotógrafo. Y no digo esto desde el rencor. Yo he sido pionero como director de fotografía en la prensa española, y he luchado para que la fotografía tenga reconocimiento.
Ahora estás jubilado. Pero, de los personajes públicos actuales, ¿a cuál te gustaría fotografiar? En la época en que hacía fotos de cine, me hubiera gustado fotografiar a Marilyn Monroe. Y en cuanto a personajes actuales, me gustaría hacer las fotos que aparecen en la prensa estadounidense, tomadas en la Casa Blanca, donde Obama juega relajadamente con sus hijas.
¿Son ese tipo de fotos, donde aparece el lado cotidiano de un político, las que le gusta ver al público? Es el tipo de fotografía que he perseguido, porque creo que humaniza a los políticos. Cuando la cámara está pero se actúa como si no estuviera, es cuando mejores fotos salen. Pero en España no se pueden hacer, aunque alguna tengo. Hice una foto de Fraga bailando sevillanas, gracias a que lo acompañé en un viaje.
Le has hecho un retrato a tu hijo para El Duende (muchísimas gracias). Valóralo como fotógrafo… Es mucho mejor fotógrafo que yo, y no lo digo porque sea su padre.
Ha tenido un buen maestro… Sí, es verdad que él ha mamado la profesión, pero yo nunca le he dado clases. Es más, sus fotos no tienen nada que ver con las mías, él tiene otra frescura, además de que mis ideas están bastante obsoletas.
Foto: César Lucas por César Lucas Abreu
César Lucas Abreu
El planeta en plano medio
La naturaleza se prodigó con esta familia, dotó de un talento fotográfico espectacular tanto al padre (César Lucas) como al hijo (César Lucas Abreu. Madrid, 1967). Este segundo no es, ni mucho menos, un clon del primero. También se dedica al fotoperiodismo, pero concentrándose especialmente en la vertiente del fotoperiodismo viajero. A estas alturas de su carrera ya ha estado en 55 países, y así ha compuesto un portfolio amplísimo, un variado muestrario de gentes y lugares. Han sido muchas las cabeceras que han publicado sus coloridas fotografías, pero es un habitual de la revista Viajar.
Retratas a mucha de la gente en la propia calle de los países a donde viajas. ¿Cómo te los ganas? Con educación y respeto. Cuando veo a una persona haciendo algo que me parece curioso, le pregunto si le importa que la fotografíe. A veces charlo un rato con ellos previamente. No hay reglas fijas, depende del momento, es algo muy espontáneo.
¿Les pides que posen? Normalmente no, les pregunto si les importa que los fotografíe. Lo que no me gusta es “robar” las fotografías.
Las fotos que te faltan por disparar, las que te gustaría hacer, ¿están en lugares a los que aún no has viajado o te ha quedado alguna sin hacer en sitios ya visitados? Suelo disfrutar repitiendo destinos, siempre quedan fotos interesantes por hacer.
¿Qué foto de tu padre te hubiera gustado hacer? Me hubiera gustado hacer cualquiera de sus reportajes en blanco y negro.
Sin embargo, tú no haces fotos en blanco y negro… No, no me gusta mucho. Al blanco y negro le falta… color, claro.
Dice Gervasio Sánchez que el fotoperiodismo se considera el hermano pobre de la fotografía. ¿Estás de acuerdo? Bueno, Gervasio Sánchez es uno de los mejores fotógrafos del mundo. Así que su fotografía de pobre no tiene nada…
Foto: César Lucas Abreu por César Lucas