Las ilustraciones de Catalina Estrada (Medellín, Colombia, 1974) podrían ser la mezcla perfecta entre Frida Kahlo y el manga más naif. La naturaleza salvaje de su Colombia natal choca irremediablemente con todas las influencias que ha ido adquiriendo a lo largo de su vida para crear una obra que engancha. Sus obras son todo un festín visual, por eso las grandes marcas se la rifan.
¿Cómo ha influido tu país en tu obra? Diría que en mi obsesión por los colores, la naturaleza, las formas orgánicas. Me crié en una casa en el campo, rodeada de mucha naturaleza, animales, jardines lindos, árboles muy grandes, muchas flores, todo muy verde y colorido. La casa estaba llena de cosas muy especiales, y sobre todo, pintada de muchos colores, cada habitación tenía un color diferente, los jardines dentro y fuera de ella eran preciosos. Mi madre siempre ha tenido un concepto muy personal de la estética, y así fue llenando su casa de objetos muy fascinantes, que tal vez en otro lugar no se habrían visto lindos, pero en su casa todo cobraba vida y belleza. Creo que de ella heredé el amor por las cosas bonitas.
¿Por qué decidiste venir a Barcelona? Cuando llegué pensaba que sería por algunos meses, tenía mucha ilusión de estudiar Ilustración pero me topé con la Escuela de Artes Llotja y decidí matricularme allí para estudiar Litografía. Me fui quedando sin pensarlo, poco a poco. Y obviamente me enamoré del modernismo catalán, la gran variedad de culturas que aquí conviven, es una ciudad absolutamente enriquecedora en todos los sentidos.
Tu trabajo bebe de la cultura japonesa y del manga, ¿qué artistas de allí consideras como referencia? Mi padre trabajó 25 años para compañías de comunicación japonesas, viajaba mucho al Japón y venía cargado con hermosos regalos que para mí eran grandes tesoros, así empezó mi contacto con esa cultura y obviamente mi admiración y amor por ella. Adoraba My Melody, Little Twin Stars, todos los personajes de Sanrio en general. Y obviamente los grandes maestros como Hayao Miyazaki, Yumiko Igarashi, todo el arte tradicional japonés, es una lista infinita.
¿Eras de las que de pequeña se pasaba todo el día pintando cómo si se tratase de una necesidad? Desde que puedo recordar siempre quería que me regalaran cajas de colores para mis cumpleaños, creo que pintar era una de mis actividades favoritas durante casi toda mi vida, y de ahí surgió bastante natural la idea de estudiar Arte que luego se desvió por el camino de Diseño Gráfico.
A la hora de hacer un dibujo, ¿qué pasos sigues? No hay un método establecido, a veces me pongo en ello por encargo de un cliente, entonces lo hago directo en el ordenador y cuando es para mis trabajos personales, hago bocetos en cuadernos que tengo por ahí para luego ir desarrollando las ideas.
Hemos visto tus dibujos en muchas prendas de ropa y accesorios, ¿cómo valoras esta unión moda-ilustración? Me encanta ver cómo mis ilustraciones impresas en textiles, a veces bordadas, las texturas, las caídas de las telas, es muy emocionante.
Texto: Conchi Álvarez de Cienfuego.
Ilustraciones para la firma de moda brasileña Anunciaçao de la diseñadora María Elvira Crosara. Colección P/V 2008.