Comenzó como un proyecto minimalista. En 2012, casi una década después, Bassotangos sale del barbecho, afilando el inconformismo y la iconoclastia de sus responsables, y se van al extremo opuesto con un proyecto multimedia dirigido por Bernardo Cummins. La(s) protagonista(s) de EnMudanza son Charo Pérez y Luciana Drago.
El estreno fue en la Sala Triangulo, y yo lo percibí como un proyecto muy libre…
Charo: Ha ido pidiendo. Inicialmente Luciana solo articulaba unos textos, pero ha terminado casi como otra bailarina.
Luciana: En una obra teatral puedes partir de un texto, para EnMudanza son las canciones de Bassotangos. Una idea gana con la proyección de una ilustración. Otra, con un texto. Después te sorprendes, hay cosas que querías contar de una manera y el proceso te lleva a otra.
(las dos hablan al mismo tiempo)¡Se ha ido haciendo!
El montaje incluye una pequeña escenografía, la gráfica de Ernesto Flores, piezas audiovisuales y otras colaboraciones. Y la interpretación de Luciana. Y con todo, mucha oscuridad, dolor y grito…
Ch: Es un poco lo que pasa con bassotangos. Desde los comienzos hemos sido un poco densos. No se por qué. Seremos así. En las letras hay dolor. E incluso cuando hemos pretendido montar un tema mas alegre… acabamos en el desgarro. Y eso que en Enmudanza hemos intentado que no pasara. La primera parte es una cosa de… (se rie) que te quieres cortar las venas.
Si miramos los créditos, EnMudanza es un proyecto casi familiar.
Lu: Hay algo muy bonito en cómo nació Bassotangos, lo viví de cerca. No había una intención comercial. La necesidad de tocar y expresarse. Fue una unión muy especial, muy espontánea y creativa. La cosa funcionó y ha crecido… EnMudanza ha sido lo mismo. Nos hemos ido uniendo, entre amigos, a la llamada del arte. Así prevalece el proyecto, mucho más puro. Sin pretensiones…Y esto ha llegado al nivel técnico, a la luz y la producción audiovisual.
Ch: Tenemos la suerte de que los amigos son profesionales. ¿Para qué buscar más si los tenemos en casa? ¡Mira que suerte! Y hay que agradecer mucho, mucho, a todos los que están participando en EnMudanza, que están arrimando el hombro, ¡pero bien!
Pero cuando empezasteis Bassotangos era un proyecto musical…
Ch: Empezamos como un dúo, un poco sin saber lo que queríamos hacer. Ernesto tocaba el bajo eléctrico. Yo empecé a cantar cuando le conocí, en febrero del 2004. Bueno, siempre partiendo desde el flamenco. Yo bailo desde pequeña. Así que empezamos a meter algunos bailes. Pero la idea inicial era hacer música. Con las letras que escribo y otras populares… Nunca hemos querido que nadie tocara con nosotros, pero llegó Inma, que se entusiasmo y nos lo propuso. Y la verdad es que le viene bien un poco mas de ritmo, ¡un poco mas alegre!
La cantante se desdobla, gracias a la incorporación de Luciana Drago…
Ch: Somos un mismo personaje. Pero todos tenemos varios “yo”. Luciana sería uno y yo represento a otro.
Lu: El libreto son la letra, la música y el ritmo. Esa es la base con la que empezamos. Y después se unieron las imágenes, los cuadros de Ernesto Flores. Y la parte teatral, añadida al baile. Para darle a todo un sentido más completo.
Y desde vuestra doble condición ¿qué representa EnMudanza?
Ch: Con las letras digo lo que lo que siento, las cosas que me han pasado en la vida y me están pasando. Diferentes estados por los que paso. Lo que puedo sentir.
Lu: EnMudanza hace un viaje por el amor, el dolor, la muerte, la intimidad. Lo de dentro y lo que se expresa hacia el exterior. Cada tema expresa alguna vivencia, pero a nivel emocional. Con imágenes, luz, la interpretación, el cante, el bajo y la batería… hablamos de la vida.
Texto: Christian Osuna. Foto: Bassotangos © Juan Carlos Hernández