Cuando se juntan el hambre y las ganas de comer surgen iniciativas como las de Love To Art y Bittersweet Recordings. Un 2×1 que ha abierto una brecha importante dentro de la escena musical independiente española como promotora de conciertos y sello discográfico. Algunas de sus últimas apuestas son la gira nacional que Stacey Earle y Mark Stuart realizarán este mes de octubre, acompañados de Jason Ringenberg, o el lanzamiento del próximo disco de los australianos You Am I. Feliz décimo aniversario.
“Fundamos Love To Art hace más de diez años como un hobby, al margen de nuestros trabajos en ese momento, para poder traer de gira a bandas que nos encantaban y que por diversas circunstancias nadie se atrevía a hacerlo”, comenta David Jiménez-Zumalacárregui, uno de los confabuladores del tinglado. “Bittersweet Recordings fue una evolución natural de Love To Art. Esas mismas bandas que venían de gira no tenían sello que promocionara sus magníficos discos. El pistoletazo de salida fue el primer disco de Jet Lag. Tras infructuosas reuniones con diversos sellos decidimos que nadie mejor que nosotros mismos trabajaría con el grupo”. Precisamente las bandas del sello sirven como pretexto y nexo para gran parte de las actividades de la promotora. Un equipo en el que, paradójicamente, todos sus trabajadores juegan en ambas ligas. “Love To Art lo empezamos Pepe Corral y yo. Juan Santaner se unió unos meses más tarde, aunque fue el arquitecto en la sombra desde el minuto uno. Por desavenencias varias, pasa en las mejores familias, Pepe se desvinculó de la empresa y siguió una exitosa carrera hasta la fecha en Moby Dick y December Producciones. A día de hoy Juan y yo seguimos como socios fundadores, con la ayuda fundamental de Tomás Heredero. Nuestro actual equipo incluye cuatro personas más en la oficina y un número indeterminado de personajes recorriendo las carreteras, montando escenarios y equipos de sonido por toda la geografía. Actualmente extendemos nuestros tentáculos allende nuestras fronteras. Deberíamos solicitar una subvención por reinsertar músicos a tareas oficinescas. De toda nuestra plantilla, sólo Tomás y yo no tocamos en ningún grupo, pero eso sí, tenemos la mejor colección de discos de todos”. La filosofía del tándem es trabajar al 120% con grupos que les gustan, y aún en el caso de considerarse devotos fans, conseguir que el trabajo sea “superprofesional”. Bandas como los australianos Hoodoo Gurus, que inspiraron la onomástica de la etiqueta con una de sus canciones, o los norteamericanos Gigolo Aunts, son decisivas en su andadura. “Los grupos de las antípodas tienen algo especial, son la mezcla perfecta de la tradición musical norteamericana bañados por esa capacidad de los grupos ingleses de facturar canciones perfectas. Los australianos son una mezcla de ambas cosas, pero sin el glamour estúpido de los británicos. La culpa de que Gigolo Aunts vinieran de gira la tuvo la cerveza y la disponibilidad de la oficina de Moby Dick para dejarnos llamar a Boston a las tres de la mañana de un viernes. Fue todo muy fácil, la verdad, y nunca nos imaginábamos que esa llamada fuera a cambiar nuestras vidas profesionales tanto”. Tras editar un buen puñado de discos de Sloan, Kraig Jarret Johnson, Sam Roberts, Gigolo Aunts o The Bellrays y organizar mil y una giras, todavía no han sufrido ninguna decepción cuando se han visto las caras frente a sus “protegidos”. “Sólo te das cuenta que son gente como tú y como yo, sólo que sus manías son amplificadas por su continua exposición a los medios. Hemos tenido mucha suerte”. Eso sí, como cualquier promotora de rigor, patinazos económicos han sufrido unos cuantos. “Hemos pinchado en bastantes ocasiones, pero pese a que la economía tiene cierta relevancia, hemos tenido la suerte de palmar con honor, es decir, después de ver conciertos geniales en los que sólo han venido trece personas. La preocupación del dinero se esfuma al comprobar la pena que te da por los cientos o miles que se lo han perdido. En esos momentos es cuando me siento un privilegiado por haber estado ahí”. Se reservan el derecho de confidencialidad cuando se les inquiere sobre la gira más exitosa que han montado. Debe ser porque la competencia está a la que salta. Y reconocen haber traspasado en demasiadas ocasiones la fina línea que separa las relaciones profesionales de las personales. “Me resulta imposible poner un límite, en este trabajo hay mucha pasión implicada, para lo bueno y para lo malo. Mentiría si dijera que no hay una relación de amistad con Gigolo Aunts, Jayhawks o The Chevelles, por ejemplo”. En el catálogo de debes, o más bien de sueños editoriales, salen a relucir discos como los de Cassadaga de Bright Eyes, Z de My Morning Jacket, Rainy Day Music de The Jayhawks, Roll With You de Eli Paperboy Reed, 80.81 de The Right Ons, o Ga Ga Ga Ga de Spoon. Love To Art y Bittersweet no necesitan mirarse en ningún espejo para saber de dónde vienen o dónde van. “Nunca nos hemos fijado en nadie porque fuimos un poco autodidactas. Hay que hacer las cosas con pasión, trabajar mucho y lo demás ya vendrá. Y si no, pues echas el cierre y haces otra cosa, sin dramatismos. Más que admirar, los agentes, managers, promotoras extranjeras lo único que me enseñan es a saber qué es lo que no tengo que hacer. Es la única parte del negocio musical que ha conseguido quemarme, el trato día a día con personajes impresentables sin escrúpulos a los que la música les importa un bledo. Es tirar piedras contra mi tejado, pero las discográficas, managers, salas… sólo conseguimos complicar más las cosas. En un mundo ideal, todo debería ser más simple”. De momento alegrarán un poco la noche de unos selectos afortunados con las giras venideras de Gary Louris & Mark Olson, Eli Paperboy Reed o The Muffs.
www.lovetoart.com · www.bittersweetrecordings.com
Texto: Miguel Ángel Sánchez Gárate
En foto, la empresa al completo, de izq. a drcha.: Tomás, David, Ramiro, Edu y Juan