Foto de cabecera. Robot Dreams
Ágreda forma parte de la generación de veteranos que se forjó en el tortuoso escenario del cómic independiente español de los noventa. Su primera y celebrada obra, Cosecha Rosa (Under Cómic, 2001) confirmó su talento y le abrió las puertas de la ilustración de prensa de postín y de la revista satírica El Jueves. Abandonó la histórica cabecera huyendo de la censura editorial corporativa en 2014, cuando la revista cambió de manos. En su regreso al panorama editorial “indie” hizo escala en los dibujos animados y no parece que sea por poco tiempo.
Tu trayectoria en el cine de animación es muy especial. En realidad, casi todos los proyectos en los que has trabajado son películas de autor.
Bueno es que solo son tres películas, con la que estoy haciendo ahora. Así que es una cosa reciente. Mientras dibujaba cómics en El Jueves e ilustraciones en El País, hice cosas de animación, siempre en proyectos que no salían adelante, diseño de personajes, diseño de fondos, cosas así. El caso es que en un momento de mucha crisis me llamaron para Buñuel en el Laberinto de las tortugas, la adaptación del tebeo de Fermín Solís. Al director le había gustado lo que había visto en redes. Es una película muy independiente que hice mientras colaboraba en Orgullo y Satisfacción o ilustraciones para libros y otros encargos. Yo pensé que sería flor de un día. No sabía si me iba a gustar. Acostumbrado a la vida del solitario dibujante de cómics. Fue muy creativo estar con más gente, en un estudio, aprendí un montón de todo. Me gustó mucho. Acabó y seguí trabajando principalmente en ilustración porque lo de Orgullo ya no estaba.
¿Te ofrecen Robot Dreams de manera inmediata?
Mientras trabajaba en Buñuel estuve en Irlanda, invitado en el festival Kilkenny Ink. Conocí a la gente de Cartoon Saloon. Empezó a fraguarse que participara como director de arte en la serie Viking School. Y en el estreno en Madrid de Buñuel se me acercó Pablo Berger que estaba haciendo casting de directores de arte para Robot Dreams. En seguida me sedujo trabajar con él. Y el proyecto, también basado en una novela gráfica independiente, donde podía desarrollar mi estilo con naturalidad. Mis propuestas le convencieron, pero no empezaba todavía la producción. Estuve trabajando algo menos de un año en Irlanda. Y cuando se puso en marcha volví a Madrid. Cuatro años y medio en Madrid que han sido todo un placer.
Parece que todo fluye para que sigas en el cine de animación.
Fue casual. Pero me gustaría seguir en esto. Haciendo el storyboard con Pablo, fue la parte que más disfruté. Estuvimos año y medio. Fue fabuloso. Leíamos la secuencia, empezábamos a plantear como la quería contar, y yo me ponía a hacer pequeños bocetos. Ese recuperar la narrativa de cómic y ponerme a pensar posibilidades de como contar esto como contar lo otro… Me volvió la pasión “comiquera”.
Así que eres un dibujante de cómic…
En el mundo de la animación. Sí. Y eso se nota en la selección de mis equipos. Miro currículos o porfolios de la gente de la animación, pero busco a quien conozco del mundo del cómic. Porque son más afines a mi estilo de dibujo y van a funcionar mejor para lo que busco. Chema García en Buñuel, Albert Monteys o Iñaki Holgado en Robot Dreams. Daniel Fernández Casas, el diseñador principal de personajes es un crack que trabaja para Sony o Illumination, pero sus inicios fueron en agencia haciendo cómics de Tom y Jerry.
Tu trayectoria como ilustrador es muy extensa… ¿Ilustración infantil como la serie Carla? ¿Ilustración de prensa? ¿Encargos bien acotados o trabajos de autoría total?
Carla es una serie infantil de encargo. Son quince libros, pero tenía libertad total siempre que cumpliera los objetivos educativos que la editorial buscaba. Lo que más he producido es ilustración de prensa. Es un campo en el que entré muy a lo loco, sin tener ni idea, en primera liga. He aprendido muchísimo. Y es lo que más controlo, lo más representativo de mi trabajo. Pero lo que más disfruto es la ilustración editorial, libros de adultos, donde he tenido pocas oportunidades, pero las he disfrutado mucho.
¿Dónde se ha quedado el José Luis de larguísima trayectoria en el cómic? Desde tus inicios, pasando por la profesionalidad total en El Jueves, el regreso a la independencia en Orgullo y Satisfacción. ¿Deberíamos esperar una novela gráfica de Ágreda?
En El Jueves trabajé muchos años con Bernardo Vergara y con Sergio Morán, mano a mano. Salí de la revista con el bloque de autores que abandonó la revista en 2014. Lo de la novela gráfica, no es que sea muy vago, sino que en el cine estás cobrando mes a mes, tienes unos objetivos, un equipo de producción que te va marcando deadlines mensuales. Lo malo de la NG es cobrar muy poco para un objetivo a largo plazo, que te tienes que organizar tú mismo. Y enfrentarte solo a decisiones creativas. ¿Irá por buen camino? ¿La estoy cagando? En animación estás trabajando para un cliente, el director y el productor. Estás ofreciendo cosas y constantemente usando tu creatividad. La Novela Gráfica es sacrificio y dolor. Ja, ja.
¿Y qué panorama de la historieta actual estás percibiendo? ¿Jóvenes autores o veteranos?
Compro mucho por la parte gráfica pensando en referencias visuales para el cine. Mucho libro de ilustración, mucho libro de arte y mucho cómic que pueden aportar novedades al bagaje visual. Hay cómics que he leído hace poco que me han gustado mucho. Me gusta mucho la valenciana Luna Pan. Todo lo de Genie Espinosa, por ejemplo. Lorenzo Montatore me encanta. O Antonio Hitos, que además es amigo. Y sigo a los de siempre. Javier Olivares, Juan Berrio, cada vez que sacan algo nuevo. No hay duda. Y si reeditan cosas de Gallardo, ¿tengo en buenas condiciones lo anterior que sacó? No. Pues venga, me lo vuelvo a comprar.
Dame tus referencias musicales o de cine, recomendaciones para los lectores, por favor.
En lo musical, antes compraba un disco de Nick Cave, Tom Waits, Barry Adamson, The Swans. Música indie extranjera que me encanta. Y agotaba al autor, ponía el disco, me compraba otro y otro, iba a los conciertos. Y ahora tengo Spotify, por lo que escucho muchas cosas, más o menos en la misma onda. Todas vienen heredadas de lo anterior. No he evolucionado demasiado. Escucho muchísima música, pero toda viene de mis gustos juveniles. El algoritmo me lo ofrece y yo lo recibo con gusto. En el cine no es lo mismo. Intento ver todo. Mucho cine europeo porque en USA ya no hay un cine independiente como antes. Ahora lo independiente es lo mismo, pero con menos pelas. Ya no es lo emocionante que resultaba ver a Jarmusch. Pero hay mucho cine europeo y asiático muy sorprendente que me atrae.
Terminemos con la película de Alberto Vázquez en la que estás trabajando…
Decorado es la versión en largo de un cortometraje muy premiado de Alberto. Es más sitcom que sus otras pelis. Pero siempre con ese humor negro y perturbado suyo. Va a resultar muy interesante para los que ya lo conocen y como puerta de entrada a su trabajo, para los que no. Yo me adapto en cada proyecto. En Buñuel buscaban una cosa, en Robot Dreams otra. Y Alberto tiene claras las claves visuales que su público espera y que vamos a mantener. Habrá continuidad con sus anteriores películas, pero donde necesita cosas diferentes, es donde yo puedo aportar. Hemos empezado en la distancia cuando éramos un equipo pequeño. Pero ahora que va a empezar la producción, se reunirá al equipo en el estudio. Vuelvo a contar con gente del mundo del cómic. Alberto Vázquez viene también de ahí y tenemos entre los artistas a Ed Carosia, a Alex Orbe, o a Pablo Sauquillo, un talentazo muy joven con un solo cómic publicado.