Foto de cabecera. Cristalino en un fotograma de '+ que 1000 palabras', dirigido por Adrián Cecilio
En su primer papel nos magnetiza en la piel del guitarrista Florent, inmerso en problemas de adicción y que suena a Goya. Un trabajo elogiado por el mismo Jota. Un músico que representa una nueva sensibilidad, la de una emergente generación, por cuyos cauces corre agua limpia, pura y sanadora.
Los Planetas, ¿eran muy cercanos para ti?
Es curioso poque son muy cercanos y hasta familiares, pero no los conozco, apenas he hablado con ellos. Tengo amigos en común, como mi productor musical y el de la película Jaime Beltrán, que ha trabajado muchísimo con ellos. Para interpretar a Florent me he basado sobre todo en el mito y en lo que se cuenta de él.
Grabasteis todos los temas de Los Planetas en directo. ¿Mucha presión para sonar como ellos?
Chesco [Erik] y Mafo [Kieran Stephen] son como de la familia. Habíamos tocado juntos y preparamos las canciones con mucho tiempo. Tuvimos que remar mucho y poner muchas ideas como músicos porque la gente del cine no está acostumbrada. Es sorprendente lo rápido que se adaptó Daniel [Ibañez, que interpreta a Jota] porque tenía un papelón. Hasta el punto en que el segundo día ya había cambiado el acento madrileño. El último día de rodaje dormí en su casa tras estar en el Primavera Sound y a las 7 de la mañana, mientras nos lavábamos los dientes, me habló con su acento madrileño. «A mí no me hables ahora así», le dije. Me sentí estafado [bromea].
¿Cuál fue el mayor miedo al que te enfrentaste en el proceso?
Las cosas físicas porque soy hipocondriaco. El tema de fumar plata [heroína], aunque fuera azúcar, lo pasé fatal. En 48 horas tuve que acariciar a un cocodrilo vivo, levitar con un arnés que fallaba, beberme tres litros de agua en una sola toma, tener una secuencia de sexo y otra donde me cortaban el cuello.
¿Hay una nueva escena musical en Granada?
Tengo la sensación de que nos estamos conectando. Me dicen que antes estaban más a la gresca y tengo la esperanza de que aprendamos la lección. Aun así, las mayores críticas vienen de aquí. En el estreno un hombre de la calle dijo “tanto follón para cuatro actores rojos”. Hay una frase en la película que dice que si Lorca naciera le volverían a matar.
Musico, actor y granadino. ¿Qué peso tienen cada una?
Músico es lo que más me identifica. El cine me ha influenciado desde pequeño y ahora me abre una puerta y además enriquece mi música. Respecto a Granada, es una maravilla poder enseñar mi tierra. El año pasado salió una película que me encanta, Secadero, de Rocío Mesa y era la primera que veía una película con acento de Andalucía oriental.
¿Cómo crees que puede afectar la película a tu carrera musical?
Es tan distinto lo que hago que cuando la gente llega a mi música desde la película se sorprende muchísimo porque se encuentran con un músico que está en otra movida, que no se ha quedado en lo que se hacía en los 90.
Del anterior Fran Ocete al actual Cristalino…
Me llamo Francisco Martín Ocete. Fran Ocete fue mi nombre artístico durante años con los grupos que tuve de folk como Brío Afín o Pájaro Jack. Ahora con Cristalino siento que me he renovado y dado un vuelco a mi música.
Música que también transmite frescura y positividad.
Intento que las letras sean comprensibles y conecten con las personas. Antes era más críptico. Muchas veces nos perdemos cosas de los demás y de la vida por luchar, criticar y quejarnos de todo. Todos queremos lo mismo; estar bien y sentirnos queridos. La crítica está bien, pero si no nos lleva a perder la claridad.
Dice Jota que la contracultura es lo único que nos hace evolucionar. Tienes referentes como Caroline Polachek o A.G. Cook.
Me interesa lo alternativo, formas diferentes de pensar. Conocer nuevos artistas, aunque sean minoritarios. Siempre he estado ahí desde que empecé. Con Jaime Beltrán buscamos conseguir nuevas sonoridades.
Como tu colaboración con García Picasso, un artista inclasificable.
Fue una colaboración que trabajamos a distancia cuando él vivía en Berlín. Es una persona con mucho empuje, las ideas muy claras y uno de los artistas que rompe géneros y está revitalizando la escena de Granada y rompe los géneros.
Te reclaman también en Almería
Nací en el Almería y me crie hasta los seis años en Adra. Me fui a Granada el mismo año en el que se estaba gestando Una semana en el motor de un autobús.
Tus temas van acompañados de videoclips muy artísticos.
Es una faceta reciente que aúna la parte visual y la música que me encanta y me meto mucho en la producción e ideas, en lo que quiero transmitir.
¿Te gustan los festivales o eres más de salas?
Me gusta el formato sala, más intimista y poder tener más control sobre la parte visual y escénica. Pero el circuito de salas está muy difícil ahora. Hacerme con un público sería mi sueño.