Foto de cabecera © María López
Tu carrera en moda y música casi han ido en paralelo. ¿Cómo llegaron a tu vida?
La música siempre estuvo muy presente, desde mi infancia. Mis padres la ponían a todas horas, tanto en casa como en el coche, y escuchaban estilos muy variados. Por otra parte, en mi familia todos se dedican al textil: mi padre tenía una empresa de moda de mujer, mi abuela era sastra y mi bisabuela era lencera. Yo hice Comunicación Audiovisual, porque también me llamaba la atención la rama de Sonido, y es allí donde conocí a mis compañeros de grupo, pero luego volví para estudiar Moda. Acabé trabajando veinte años en la industria y desde hace dos años, me dedico al vestuario de cine y publicidad.
En la adolescencia nos reivindicamos a través de la moda y la música. ¿De qué tribu urbana eras?
Depende, tuve muchas fases. Primero empecé escuchando música heavy, y era heavy. Luego, fui muy fan de Nirvana, y me volví más grunge. Después me empezó a gustar la mujer de Kurt, Courtney Love, me volví más punk… Puedo decir que he tocado varios palos. Aunque con los años dejó de gustarme lo de encasillarme dentro de una tribu urbana, creo que no es necesario ser tan estricto. Empecé a hacer mezclas, y hasta el día de hoy.
¿Hay alguna enseñanza que hayas trasladado de una disciplina a la otra?
Para mí comparten códigos en el sentido de que yo he querido trasladar la música a la moda: ya desde el primer momento, me empecé a hacer trajes para los conciertos de los Punsetes. Todo lo que hacemos a nivel musical tiene una repercusión clara en lo demás. Y no solo hablo de los vestidos de los directos, también de ropa que, cuando tengo tiempo, me hago para el día a día. Es una apreciación muy personal porque, quizás, tú solo ves un traje y no sabes cuál es la inspiración si yo no te la explico, pero para mí están profundamente vinculadas.
Te animaste a sacar tu propia colección a finales de 2018 con tu marca, Suparimpei Lolita. ¿Qué te frenaba?
Por una parte, la falta de tiempo. Por otra… para lanzar un proyecto, del tipo que sea, hay que tener muy estudiado qué hay en el mercado, pensar qué puedes ofrecer que no exista o qué puede gustar de verdad a la gente. Está genial lanzar una marca porque te motiva, pero al final tienes que buscar vender esa ropa. Pasé mucho tiempo en estas, luego conocí a varias chicas que se movían en el mundo “lolita” y aproveché que iban a organizar un evento para presentar allí mi colección. En ese momento me encajaron las piezas, me apetecía hacer vestidos de esta inspiración.
Te abriste otro perfil de Instagram para aceptar encargos. ¿Cómo nace este nuevo camino?
He visto que también publicas prendas inspiradas en tus trajes de conciertos… Siempre ha habido gente que me lanzaba al aire aquello de «A ver si algún día me haces algo», pero la verdad es que nunca tenía demasiado tiempo. No obstante, me hicieron un par de encargos que me apetecían muchísimo y pensé: «¿Por qué no hacer ropa más para el día a día y aceptar encargos de algunos de mis conocidos?». También estoy aprovechando tela que me sobró de trajes de conciertos de Punsetes para hacer otro tipo de prendas más “ponibles”.
Estilísticamente hablando, ¿qué artistas crees que lo están haciendo bien?
¡Uy, qué difícil! Lady Gaga y Grimes para mí son dos ejemplos de personas a las que les da igual lo que esté de moda o las tendencias. Ese es el tipo de artista que me interesa: el que tiene una identidad y no queda diluido entre la masa. Las ves con sus looks y dices «Vale, eres tú».
¿A qué artista te encantaría vestir?
Me encantaría vestir a muchos, pero si tuviera que elegir, te diría que a Christina Rosenvinge y La Bien Querida.
¿Es más difícil apostar por dedicarse a la moda o a la música?
Las cosas últimamente están mal en ambas, pero creo que es más difícil apostar por la música. Al menos esa es mi experiencia porque, a pesar de llevar muchísimos años dedicándome a ambas, he conseguido vivir de la moda, pero de la música no. Al resto de mis compañeros del grupo les ocurre lo mismo con su otra profesión. Hay mucha gente que aún se sorprende cuando decimos esto.